jueves, 3 de mayo de 2012

Lectoras, lectores y personas que leen


Ha tenido un servidor la idea –infundida, sin duda, por el mismísimo demonio– de teclear en el buscador de Google “Guías de lenguaje no sexista”. Múltiples son las publicaciones sobre el tema en cuestión que se pueden encontrar en internet y reconozco haberlo pasado pipa leyendo alguna de ellas. 

Ésta, sin ir más lejos, editada por la Asociación Cultural Simone de Beauvoir y debidamente subvencionada por la Concejalía de la Mujer del Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz me ha gustado una barbaridad por la deliciosa agudeza con la que expone toda suerte de consejos que, apropiadamente llevados a la práctica, conseguirán que incluso un machista tan recalcitrante como quien esta entrada suscribe se reconvierta por ensalmo en todo un adalid de la igualdad entre hombres y mujeres.

Gracias a esta guía estoy en disposición de anunciarles que está muy feo decir Los abogados de la defensa se acercan al estrado en lugar de construcciones mucho más modernas y afortunadas como, verbigracia, “Los abogados y abogadas de la defensa se acercan al estrado” o “El equipo de la defensa se acerca al estrado”. No menos grave sería decir “El Sr. Gómez y la Sra. Lucía Jiménez”: guárdenos Dios de tamaño extravío que, claramente, atenta contra la dignidad de la mujer y tengamos a bien decir “El Sr. Gómez y la Sra. Jiménez”. 

Nadie ose tampoco escribir “Socios del club ciclista”: para marchar acorde con los tiempos y no herir la sensibilidad de nadie es obligatorio escribir “Miembros del club ciclista”, si bien yo creo que en esta ocasión las personas humanas –este genial ejemplo de lenguaje no sexista es de cosecha propia– a cuyas capacidades intelectuales cabe atribuir la autoría de la guía no sexista han pecado por defecto y mejor sería escribir, en la línea Aído, “Miembras y miembros del club ciclista”. Solución ésta por otra parte tan válida como lícita: si en una guía sobre lenguaje pagada con dineros públicos se emplean palabras como "visibilización" e invisibilización” que, por más que busquen, no encontrarán en el DRAE  también Bibi y yo tenemos derecho a inventarnos todas las palabras que nos dé la gana. En aras de la igualdad, ocioso es aclararlo.

2 comentarios:

  1. Me se ocurre sugerir lo que me se ha ocurrido: que, en vez de hablar de fondos públicos, hablemos de fondos públicos y fondas públicas. Me se ha ocurrido a mí solo, a naide más que a mí. Vamos, que a naide más que a mí en presona.

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    1. Pues se me pase usted por el departamento de subvenciones, que bien merecida se la tiene usted (la subvención, digo).

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