miércoles, 13 de junio de 2012

Me reconcilio con Mariano Rajoy, de momento (1 de 3)



Sin que fuese capaz de verlo claro, los últimos días no he dejado de informarme sobre lo que unos, muy interesadamente, han denominado "Rescate", como si ante el simple hecho de repetir esa palabra fuese obligada (igual que sucedió en otros países intervenidos por la EU) la dimisión del Gobierno y la convocatoria de elecciones generales. Y otros, quizá imbuidos igualmente de que el término lleva aparejado el cese del Ejecutivo y unas elecciones anticipadas, lo han denominado un préstamo de Europa "destinado a la banca que pagará la banca", en respuesta dada hoy mismo por Rajoy en el Congreso de los Diputados. Incluso podría añadirse, reforzando la idea del jefe popular en el sentido de que la banca en su conjunto no precisaba un rescate, que el dinero solo irá destinado a una parte de la banca, puesto que alrededor de dos tercios de ella se encuentra saneada, es solvente y se halla en una situación nada preocupante.

Mi impresión es que la verdad está mucho más cerca del concepto usado por Rajoy que del término arrojadizo "Rescate", palabra que con el tiempo la izquierda acabará por convertir en sinónimo de "fracaso", como ha hecho ya el sindicalista Toxo al decir que "Rajoy ha estado lento de reflejos" y al pedir un referéndum para medir su apoyo social. ¿Qué tal, tío listo, si en realidad lo que pedimos es conocer la aceptación de los sindicatos de clase y el mucho dinero que os lleváis a nuestra costa? 

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