sábado, 29 de agosto de 2015

Pregunta a los de la calle Génova: ¿Hubo alguna vez 100.000 vírgenes? (364)

Lo malo de esta viñeta es que el protagonista se cree muy listo porque ve las peleas de los demás subido al cajón de toriles. Tal es así, que el hombre de la horchata hirviendo ha llegado a creerse su papel de invulnerable e imprescindible. ¡Menuda cornada le espera como gane la coalición del odio que los otros dos monigotes representan!

He oído decir, si bien no me creo que sea cierto, que el Partido Popular quiere incorporar en su programa electoral para las elecciones generales el retorno a sus lugares de origen, a poder ser por el mismo método que se ha usado con el Archivo de Salamanca (Real Decreto), las inmensas riquezas culturales que hay en Cataluña procedentes de otras regiones de España. Entretanto, que vayan pensando Oriol Junqueras y su alguacilillo criptonacionalista Miquel Iceta —al desquiciado Arturo Mas no lo cito al considerarlo un cadáver político camino de la Morgue— cuáles serán las primeras partidas de obras de arte que piensan devolver. ¡Ah, que tenéis dudas! Pues yo, de momento, voy a apuntar lo del Museo Marés, donde hay más de 50.000 obras, según se indica en la propia Web del Museo, con abundantes piezas procedentes de Castilla, especialmente esculturas. 


Además, que comiencen a empaquetar todo lo del Archivo de la Corona de Aragón (un archivo del Estado como el de Salamanca), e igual que lo de Salamanca deberá repartirse por las regiones que la formaron y cuyos fondos se conservan solamente en Barcelona. Lo que significa que si se reclamaron legajos del Archivo de la Guerra Civil que consideraron expoliados, lo del archivo de la Corona de Aragón podría ser considerado un mega expolio. Por cierto, de paso que devuelvan lo que los curas nacionalistas catalanes, con el consentimiento de la Generalidad —si no el impulso inicial y luego la protección—, robaron a las parroquias de la franja de Aragón que regentaba el obispo de Lérida. ¡Ah!, se me olvidaba, que devuelvan igualmente las piezas del Museo Arqueológico de Barcelona (ahora de Catalunya) que corresponden al Bajo Aragón turolense (Calaceite) y también parte de las joyas visigodas del tesoro de Torredonjimeno de Jaén. Y eso para empezar.

Naturalmente el Partido Popular no incluirá la propuesta en su programa porque es el partido de la sangre de horchata y de los acomplejados a cuento de "nosesabequé". De hecho, el PP tiene lo que se merece: un descenso tremendo en las encuestas, en relación con la mayoría lujuriosa que consiguió —más por culpa de Zapatero que por méritos de Rajoy— y no me extrañaría nada que los populares chupasen puritito banquillo durante dos o tres legislaturas seguidas. Eso sí, que Dios nos pille confesados si los que asaltan el poder son esa pareja de radicales conocidos como el larguirucho y el coletas. A propósito: ¿Alguien ha visto alguna vez juntos y de pie a esos dos pájaros? Ni los verán, porque el ego de Pablito no soportaría que se le viera más pequeño que a Pedrito.

Y volviendo a los populares, debo añadir que a mi me parecen una “colla” de incompetentes a la hora de comunicarse con los ciudadanos, con dos o tres excepciones de gente que va incorporándose y que no me disgustan, como por ejemplo Pablo Casado. Lástima que sea un caso singular. De modo que ya están bien donde están, despertando bostezos de cara a las generales entre los que alguna vez les votamos y animando a la carcajada de la izquierda. Y lo que te rondaré morena si es que esperamos que la Ejecutiva de los populares cambie un poco. Y si cambia, date por jodido, porque será para centrase más. O sea, para no tener ni idea de si suben o bajan, aunque siempre con pies de plomo no vaya a ser que algún miserable nacionalista se enfade. ¡Cómo me gustaría equivocarme!

Me imagino que hubiese sido al revés, que a Junqueras (y en su momento Carod) le quitasen algo, y no soy capaz de suponer el Cristo que hubiesen montado los de Esquerra. Es ahora, que sólo les mueve el espíritu pedigüeño y paleto, y están todos los días con la misma murga, de modo que si tuviesen razón lo más seguro es que organizaran “escamots” de rescate. Eso como mínimo.


El alcalde de Salamanca no pudo impedir el expolio del Archivo, puesto que la gente que llegó allí, a llevarse lo que quiso, lo hizo Real Decreto en mano y rodeado de policías. ¡Génova guardó silencio! ¿Habrá alguna vez una derecha como Dios manda? ¿Hubo alguna vez 100.000 vírgenes? ¡Es desesperante!

Artículo revisado y puesto al día, insertado el 14 de abril de 2005 en Batiburrillo de Red Liberal

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