El gran periodista Carlos Cuesta, un hombre repleto de sentido común y excelente información, escribe en El Semanal Digital un demoledor artículo cuyos números demuestran tanto la falsedad más absoluta, exhibida durante horas y horas, así como el bombardeo de medias verdades que la banda podemita y sus franquicias usaron en una moción de censura destinada, esencialmente, a chupar cámara todo el tiempo posible y a mayor gloria de su líder, un tipo en la cúspide de la mediocridad, con cara de odio y deseo incuestionable de resucitar a las dos Españas. Debido a su gran interés se reproduce aquí el contenido del artículo |
Todas las cifras económicas han mejorado,
hasta el paro juvenil o la ocupación femenina. Ésos son los datos para
desmontar el apocalíptico discurso de Iglesias y Montero.
Los debates parlamentarios parecen haberse
convertido últimamente en un ring sin reglas. Difamar, calumniar,
injuriar, mentir… Todo vale. Y nadie lo frena.
En un ejercicio patético que acabará, si no se corta, por acercar el objetivo
último de Podemos:
desprestigiar de tal forma la democracia representativa que, paso a paso, se
implante una especie de asamblearismo callejero capaz de aniquilar nuestro sistema
democrático y de partidos.
Ocurre en la descalificación política con mentiras, en las
acusaciones falsas de corrupción, y, ocurre, por supuesto, en la alteración de los datos económicos, de forma que
la prensa acaba trasladando a la población un discurso plagado de información
alterada e irreal que impide que el juicio social se adapte a la situación y
medidas económicas ciertas.
Podemos tergiversa adrede los datos económicos para
ocultar la mejoría e intentar atraer a los menos favorecidos
Podemos ha hecho gala de todo ello en esta última moción de
censura. ¿Cómo lo hace?
Jugar con el paro
Por ejemplo, cuando los datos recientes
resultan más positivos -se ha logrado corregir ya el efecto
de la crisis recién abandonada-, Montero e Iglesias se limitan a hacer una descalificación
genérica: "España tiene la segunda tasa de paro juvenil más alta de Europa", sin explicar
que la tendencia en los últimos años es claramente descendente, que
en cuatro años el paro total ha bajado en dos
millones de
personas, o que, en la actualidad, la creación de empleo en España alcanza los 7.066 puestos de
trabajo diarios.
También alteran las comparaciones.
De este modo, cifras actuales, por ejemplo las del PIB per cápita, han sido comparadas en el debate de la
moción con las de 2007, sin recordar que el actual Gobierno comenzó en 2012 y
que, por lo tanto, no se le puede achacar el desplome del 2007 a 2011.
Especialmente cuando llevamos tres años creciendo muy por encima de la media de la
Eurozona y ya rozamos aquel nivel de 2007.
"Iglesias retuerce la realidad, aunque ello pueda
suponer que se corten políticas que realmente están beneficiando a los
colectivos más afectados por la crisis"
Pero más allá de técnicas de engaño habituales como las descritas, el
discurso de Montero e Iglesias alcanzó su nivel de máxima tergiversación en las cifras que aluden a sus
potenciales votantes.
Desempleo
juvenil
Ocurrió así, por ejemplo, con el debate
sobre el citado desempleo juvenil: el líder de
Podemos golpeó una y otra vez con esta cifra, ciertamente dramática y superior en España al 40%. Pero ocultó que el paro entre los menores de 25
años llegó a superar el 55% en 2011-2012. Es más, obvió ante su auditorio que
en el rango de edad de 20 a 25 años, la tasa de paro es del 38%, 13 puntos inferior a la registrada hace cuatro años. Eso
se le olvidó mencionarlo a Iglesias.
Hay más mujeres trabajando ahora que
antes de la crisis y ya suponen el 46% del total de trabajadores de España
Algo parecido puede decirse de los datos
ofrecidos por el líder de Podemos para denunciar la precariedad laboral. Porque es cierto que los
datos de precariedad siguen siendo altos.
Pero también que las cifras de los últimos tres años son positivas. De
este modo, Iglesias recordó a Rajoy que, con un 26%, somos el país con una
tasa de temporalidad más elevada tras Polonia.
También que desde 2014 ha subido el
porcentaje de contratos temporales sobre el total. Pero esto no es por una mala
tendencia en el mercado laboral. Al revés: cuando comenzó la crisis, en
2007-08, España tenía un porcentaje de temporalidad por encima del 32%. Una cifra
que fue bajando paulatinamente, precisamente porque el paro se cebó con los
trabajadores temporales -los más baratos de despedir-.
Mejoría
femenina
El cambio principal llegó en 2013, donde
ya con claridad empiezan a crecer tanto el número de indefinidos,
como el de temporales.
Lo mismo pasa con otra de las quejas de
Podemos: la relativa a la situación laboral de la mujer. Iglesias
habló de paro femenino y brecha salarial. Pero, de nuevo escondió la
tendencia: si el número máximo de mujeres trabajando previo a la crisis fue de
8,3 millones (mayo de 2008), en estos momentos se ha rebasado y alcanza los 8,5 millones. O, visto a través de otro dato, también
olvidado por Podemos: las mujeres son ahora el 46,35% del total de trabajadores afiliados;
cuando hace una década eran el 41,6%.
También escondieron la tendencia en las
afirmaciones lanzadas sobre la desigualdad en España. Porque, si bien es cierto
que esa desigualdad es amplia,
también lo es que, según el Índice
de Gini -medición
utilizada en todo el mundo- la desigualdad lleva reduciéndose en España a lo largo de los últimos
cuatro años. Es más, la renta del 10% de la población más pobre ya está aumentando, y lo
hace desde 2015.
Resulta lamentable como se tergiversan
los datos. Cómo se retuerce la realidad, aunque ello pueda suponer que se
corten políticas que realmente están beneficiando a los colectivos más afectados por la
crisis. Y resulta literalmente impresentable ver que se hace con un único
propósito: lograr el voto de los más desfavorecidos,
aunque sea en contra de sus verdaderos intereses y necesidades.
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