viernes, 16 de junio de 2017

Carlos Cuesta deja a Podemos en pelota picada (537)

El gran periodista Carlos Cuesta, un hombre repleto de sentido común y excelente información, escribe en El Semanal Digital un demoledor artículo cuyos números demuestran tanto la falsedad más absoluta, exhibida durante horas y horas, así como el bombardeo de medias verdades que la banda podemita y sus franquicias usaron en una moción de censura destinada, esencialmente, a chupar cámara todo el tiempo posible y a mayor gloria de su líder, un tipo en la cúspide de la mediocridad, con cara de odio y deseo incuestionable de resucitar a las dos Españas.
Debido a su gran interés se reproduce aquí el contenido del artículo 


Todas las cifras económicas han mejorado, hasta el paro juvenil o la ocupación femenina. Ésos son los datos para desmontar el apocalíptico discurso de Iglesias y Montero.
  
Los debates parlamentarios parecen haberse convertido últimamente en un ring sin reglas. Difamar, calumniar, injuriar, mentir… Todo vale. Y nadie lo frena. En un ejercicio patético que acabará, si no se corta, por acercar el objetivo último de Podemos: desprestigiar de tal forma la democracia representativa que, paso a paso, se implante una especie de asamblearismo callejero capaz de aniquilar nuestro sistema democrático y de partidos. 
Ocurre en la descalificación política con mentiras, en las acusaciones falsas de corrupción, y, ocurre, por supuesto, en la alteración de los datos económicos, de forma que la prensa acaba trasladando a la población un discurso plagado de información alterada e irreal que impide que el juicio social se adapte a la situación y medidas económicas ciertas

Podemos tergiversa adrede los datos económicos para ocultar la mejoría e intentar atraer a los menos favorecidos

Podemos ha hecho gala de todo ello en esta última moción de censura. ¿Cómo lo hace?
Jugar con el paro
Por ejemplo, cuando los datos recientes resultan más positivos -se ha logrado corregir ya el efecto de la crisis recién abandonada-, Montero e Iglesias se limitan a hacer una descalificación genérica: "España tiene la segunda tasa de paro juvenil más alta de Europa", sin explicar que la tendencia en los últimos años es claramente descendente, que en cuatro años el paro total ha bajado en dos millones de personas, o que, en la actualidad, la creación de empleo en España alcanza los 7.066 puestos de trabajo diarios. 
También alteran las comparaciones. De este modo, cifras actuales, por ejemplo las del PIB per cápita, han sido comparadas en el debate de la moción con las de 2007, sin recordar que el actual Gobierno comenzó en 2012 y que, por lo tanto, no se le puede achacar el desplome del 2007 a 2011. Especialmente cuando llevamos tres años creciendo muy por encima de la media de la Eurozona y ya rozamos aquel nivel de 2007.

"Iglesias retuerce la realidad, aunque ello pueda suponer que se corten políticas que realmente están beneficiando a los colectivos más afectados por la crisis"


Pero más allá de técnicas de engaño habituales como las descritas, el discurso de Montero e Iglesias alcanzó su nivel de máxima tergiversación en las cifras que aluden a sus potenciales votantes.
Desempleo juvenil
Ocurrió así, por ejemplo, con el debate sobre el citado desempleo juvenil: el líder de Podemos golpeó una y otra vez con esta cifra, ciertamente dramática y superior en España al 40%. Pero ocultó que el paro entre los menores de 25 años llegó a superar el 55% en 2011-2012. Es más, obvió ante su auditorio que en el rango de edad de 20 a 25 años, la tasa de paro es del 38%, 13 puntos inferior a la registrada hace cuatro años. Eso se le olvidó mencionarlo a Iglesias.
Hay más mujeres trabajando ahora que antes de la crisis y ya suponen el 46% del total de trabajadores de España
Algo parecido puede decirse de los datos ofrecidos por el líder de Podemos para denunciar la precariedad laboral. Porque es cierto que los datos de precariedad siguen siendo altos. Pero también que las cifras de los últimos tres años son positivas. De este modo, Iglesias recordó a Rajoy que, con un 26%, somos el país con una tasa de temporalidad más elevada tras Polonia.
También que desde 2014 ha subido el porcentaje de contratos temporales sobre el total. Pero esto no es por una mala tendencia en el mercado laboral. Al revés: cuando comenzó la crisis, en 2007-08, España tenía un porcentaje de temporalidad por encima del 32%. Una cifra que fue bajando paulatinamente, precisamente porque el paro se cebó con los trabajadores temporales -los más baratos de despedir-.
Mejoría femenina
El cambio principal llegó en 2013, donde ya con claridad empiezan a crecer tanto el número de indefinidos, como el de temporales.
Lo mismo pasa con otra de las quejas de Podemos: la relativa a la situación laboral de la mujer. Iglesias habló de paro femenino y brecha salarial. Pero, de nuevo escondió la tendencia: si el número máximo de mujeres trabajando previo a la crisis fue de 8,3 millones (mayo de 2008), en estos momentos se ha rebasado y alcanza los 8,5 millones. O, visto a través de otro dato, también olvidado por Podemos: las mujeres son ahora el 46,35% del total de trabajadores afiliados; cuando hace una década eran el 41,6%. 
También escondieron la tendencia en las afirmaciones lanzadas sobre la desigualdad en España. Porque, si bien es cierto que esa desigualdad es amplia, también lo es que, según el Índice de Gini -medición utilizada en todo el mundo- la desigualdad lleva reduciéndose en España a lo largo de los últimos cuatro años. Es más, la renta del 10% de la población más pobre ya está aumentando, y lo hace desde 2015.

Resulta lamentable como se tergiversan los datos. Cómo se retuerce la realidad, aunque ello pueda suponer que se corten políticas que realmente están beneficiando a los colectivos más afectados por la crisis. Y resulta literalmente impresentable ver que se hace con un único propósito: lograr el voto de los más desfavorecidos, aunque sea  en contra de sus verdaderos intereses y necesidades.

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