Otro ejemplo aún más curioso vendría dado por los musulmanes de los primeros tiempos: Aún en vida de Mahoma, cuando uno de sus adeptos saludaba a otra persona solía hacerlo siempre en plural, incluso si la otra persona se encontraba sola: "La paz sea con vosotros". En cierta ocasión se le preguntó al converso la razón de que usara el plural. La respuesta fue sencilla: "Te deseo la paz a ti y a tus dos ángeles de la guarda". Prueba evidente de que se creía en un Cielo lleno de ángeles, como predicaba el profeta. Y ese fue el saludo mediante el cual se identificaron entre sí los musulmanes de primera hora. Lógico, puesto que el Quraysh, o tribu dominante de La Meca, no estaba dispuesto a consentir la expansión del islamismo, que condenaba la existencia de un templo cargado de ídolos y que atraía a numerosos peregrinos, y persiguió cuanto pudo a sus primeros adeptos. Hoy en día, los musulmanes se reconocen entre ellos por otras muchas señales y el saludo "la paz sea con vosotros" no debe dirigirse nunca a un infiel, salvo si se practica la taqiyya (hipocresía). Simplemente, la palabra "paz" alude al deseo de vida eterna y es impropio expresarlo a quien no sea un correligionario.
Mostrando las entradas para la consulta Base naval china ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta Base naval china ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
martes, 12 de febrero de 2013
Una base naval china en Barcelona
Entre las sectas, las sociedades secretas o incluso entre las religiones, desde siempre se han dado fórmulas para que sus miembros se reconocieran entre ellos. Por ejemplo, se afirma que los masones tienen una forma peculiar de estrechar la mano, que consistiría en apoyar el pulgar con alguna firmeza en los nudillos del saludado. Es la primera señal ante cualquier otro presunto masón a quien uno desea darse a conocer. Acto seguido, si el interés es correspondido, se procede al intercambio ritual de preguntas: condición, demostración, signo, toque y grado, y se concluye en un triple abrazo. Toda una parafernalia de formalismos que, como vemos, convierten a la sociedad masónica en algo más que discreta.
lunes, 10 de junio de 2019
Once mil millones tienen la culpa
Hace unos días
que se repica en los medios una noticia que apesta de principio a fin. Me
refiero a ese préstamo de 11.000 millones de euros que Artur Mas le pidió a China
–con el inevitable beneplácito de Pujol, que nadie lo dude–, mediante el cual
los separatistas pretendían financiar a lo grande el inicio del golpe de Estado en Cataluña. ¿Razón de la solicitud del préstamo?
Cataluña es una nación ocupada militarmente por España desde 1714 que debe
liberarse de semejante opresión. Y claro, los chinos, que tienen el mismo
problema pero a la inversa en el Tibet, estas cosas las entienden la mar de
bien.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)