martes, 25 de diciembre de 2018

El verde esperanza debería decidir el gobierno andaluz

Resultados de las elecciones en Andalucía-2018. Opciones de regeneración solo hay una, y pasa por el apoyo de Vox al PP-C's a cambio de una compensación razonable. Cualquier otro apaño que Ciudadanos pretenda acarreará que el Régimen socialista mantenga buena parte de su estructura, y en tal caso la regeneración se difuminaría. 

“Que sea lo que Dios quiera”, es la frase que se ha oído siempre ante situaciones inciertas en las que incluso cabe esperar lo peor. Pues bien, sospecho que la mencionada frase se repetirá una y otra vez en las siguientes horas, sobre todo cuando se convoque el pleno del parlamento andaluz destinado a elegir a los que deberán gobernar Andalucía o… seguir gobernando al mafioso modo. Eso sí, tal vez surja una diferencia respecto a la locución inicial: La necesidad de cambiar la palabra “Dios” por la de “Vox”, con perdón por la irreverencia.


Porque el “dios” Vox, al decir de esos socialistas temerosos de perder el chollo que les dura ya casi cuatro décadas, no es más que un partido de extrema derecha con el que es inconcebible cualquier pacto democrático: La izquierda no concede nunca la divisa democrática a sus enemigos, ¡faltaría más! Y así, vemos cómo el socialismo se abstiene de toda crítica cuando los podemitas andaluces (estos sí son rivales), anarcoides, antisistema y republicanoides ellos, organizan violentas e incendiarias algaradas callejeras precisamente en contra de Vox, pongamos en Cádiz. Mientras que no es democrático, por supuesto, un simple tuit de Vox quejándose de lo antedicho.

¡Ah!, pero es que resulta que Vox posee la llave de la gobernabilidad y eso se nota. ¡Ya lo creo que se nota! De ahí lo de extrema derecha que repiten como papagayos los actuales altos cargos de la Junta andaluza, comenzando por Susanita, lideresa de una gente que permanece atada con cadenas al sillón (de padres a hijos) y que ahora ven como la herrumbre del mal gobierno afloja esas cadenas y les puede dejar a la intemperie de todo cargo político “bienpagao”.

Veamos: si ser de derechas ya es calamitoso para el social-populismo de PSOE-Podemos, y al PP y Ciudadanos se les tolera con la boca pequeña, la siniestra codiciosa no quiere soportar que la extrema derecha de Vox sea finalmente quien decida el régimen alimenticio en Andalucía, se corre el riesgo de que sea a base de potaje de algarrobas en lugar de las opíparas mariscadas o el dinero pa’asa una vaca. De ahí el descrédito y la porquería que la izquierda interesada trata de verter sobre Vox, un partido que de extrema derecha no tiene nada. Ya que, como los verde-esperanza dicen de sí mismos, en realidad son de extrema necesidad. ¿O es que los 400 mil votos recibidos tienen distinto valor que los demás votos?

Claro que, bien mirado, en Andalucía pueden darse otras opciones en las que Vox no decida, pero todas ellas pasan por la traición de Ciudadanos a su programa de regeneración, sea absteniéndose para que siga Susana Díaz, sea “comprando” el voto de Teresa Rodríguez para que ésta se abstenga y deje las manos libres a PP-C’s. Y esa compra de Podemos, partido con el que se ha reunido Juan Marín (según se demuestra en la imagen lateral), no parece que vaya a ser barata.  En cualquier caso y según lo que hagan ahora, Ciudadanos sabe que se la juega, y mucho, en las siguientes elecciones en toda España.

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