viernes, 28 de diciembre de 2018

El “mono” de la escritura


Fumar es un placer sensual, genial… Así cantaba la vieja copla respecto al vicio del fumete en las décadas pasadas, muy pasadas. Pues bien, como bastante cercano a la sensualidad podría definirse al acto de rellenar un folio en blanco a sabiendas, eso sí, de lo mucho que cuesta adosarle a ese folio un buen “puñao” de letras que digan algo con cara y ojos.

A los que nos gusta escribir, y juraría que es así, muchas veces lo hacemos no por rutina, sino porque nos acomete el síndrome de abstinencia. Vamos, lo que vulgarmente se denomina “mono”, que es esa situación en la que el folio te llama a grito pelado y te insinúa que está muy solito y se aburre más de la cuenta sin que lo adornes con tus cuatro fruslerías.

Viene lo anterior a cuento para informar a los que no me conozcan de que un servidor posee el bagaje de unos 2.000 artículos escritos, algunos de hasta 11 páginas, de los cuales es posible leer (o quedar indiferente, según el caso) unos 1.559 de esos artículos, firmados por Policronio, que es el Nick usado por quien suscribe en mi larga etapa de Red Liberal, y que se encuentran en esta base de datos de Batiburrillo

En fin, la de cosas intrascendentes que he llegado a escribir para no decir casi nada, salvo la de aclarar que hoy el folio me llamaba a gritos justo cuando empezaba a sentir el “mono”. Con todo, estoy convencido de que más de uno de ustedes llegará a leer hasta el final este articulillo porque se verá reflejado a sí mismo y al pánico que se experimenta ante el puñetero folio en blanco.

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