Gracias al incapaz Rajoy, que además ha venido incumpliendo buena parte de su
programa electoral en aspectos no relacionados con la economía (aborto,
justicia, educación, desacato a la ley en Cataluña, reforma de las
administraciones públicas, etc.), lo que demuestra que carece de la firmeza necesaria
para el alto puesto que ocupa y que no dispone de excusa alguna que justifique tanta
desidia, llevo meses completamente hastiado de la casta que gobierna España. Pero
ahora que se ha sabido, con motivo del caso Bárcenas, que los capitostes del
Partido Popular han estado años repartiéndose unos sobresueldos a costa de
ingresar mordidas procedentes de todo tipo de comisiones, naturalmente a costa
de perjudicar a los españoles, la situación me parece sencillamente repugnante
y de lo más desalentador.
No sé cómo reaccionar ante una situación de corrupción generalizada que
afecta a todos los partidos que han tocado poder. Lo primero que me pide el
cuerpo es largarme al extranjero y convertirme en apátrida, porque sentirse
español como yo me siento (todavía) solamente sirve para recibir un disgusto tras
otro. Creo que la desmoralización del pueblo llano nunca ha sido tan grande
como ahora, ni siquiera en el 98 del siglo XIX, cuando la pérdida de nuestras últimas
colonias y el echarse al monte de los intelectuales de entonces, que pusieron a
parir todo lo español, fueron la causa del nacimiento de los nacionalismos
periféricos y nos crearon un complejo que aún perdura. Pero es que no se le ve
el fin a la debacle moral que nos afecta. No con estos dirigentes de medio
pelo, más pendientes de conservar el poder dentro de su partido aun cuando deban
omitir cualquier proyecto de regeneración.
Aún se desconoce que medidas tomará Rajoy respecto al nuevo gran escándalo
de corrupción, pero a juzgar por su trayectoria apática me temo muy mucho que se
decantará por no hacer nada, decir algo así como "yo no he sido" y
esperar a que el tiempo lo calme todo. Y es que el tío encima tiene la gran
suerte de que las siguientes generales no serán hasta el 2015, si es que España
no estalla en mil pedazos. Claro que antes deberán celebrarse las elecciones europeas,
las municipales y las autonómicas: ¡Y ahí te espero, so inútil!
Última hora: Rajoy culpa al muerto, es decir, a Álvarez Cascos. Bueno, no es que Cascos esté muerto,
pero como si lo estuviera o estuviese, porque hace tiempo que dejó el PP. Eso sí,
que se prepare Marianico, porque Cascos es de armas tomar y no va a achantarse
ni un milímetro. Al tiempo.
Cuando discuten los ladrones, la justicia se beneficia.
ResponderEliminarO algo así es el dicho.
No sé si la justicia llegará a decir algo sobre esto, pero nosotros nos vamos a reir... Por no llorar claro.
Pacococo
Exacto, por no llorar. Porque ya me dirás qué partido queda en España que no esté pringao hasta las cejas.
ResponderEliminarHola Pedro; Lo que yo pienso es que ante las acusaciones de corrupción a la famiglia Pujol y Cia, éstos se están defendiendo, sacándole trapos sucios a Rajoy.(hablan de fuego amigo, pero a mi me parece que viene de ahí).
ResponderEliminarY el que gana, no es la justicia, es el pueblo español que a mas de uno le puede abrir los ojos.
Ójala se tiren bien los trastos ¡hasta abrirse la cabeza!.
Saludos.
Que se despedacen entre ellos es una idea de lo más interesante, aunque me temo que tal y como está de mediatizada la justicia todo acabe poco más o menos en un "nene malo". La regeneración política y moral de España, angustiosamente necesaria, no parece que sea una prioridad en los políticos de Corruptilandia. ¡Y da no poco coraje!
EliminarUn saludo cordial y muchas gracias, Teo, por tu anotación.
Tenías razón en lo de Cascos. Parece que El Mundo va a ir por ahí, usarlo de chivo expiatorio, y así no se enfrenta al PP. Parece un enjuague PP-PJ. Algo sacará.
ResponderEliminarhttp://www.periodistadigital.com/politica/partidos-politicos/2013/01/20/eduardo-inda-alvarez-cascos-sobres.shtml