La ambición de poder a cualquier precio como norte ideológico (532)

La vieja estampa del angelito y del pequeño demonio, uno en cada hombro, que incitan a seguir sus consejos en un tira y afloja de lo más tradicional, para Pedro Sánchez se transforma hoy en día en otras dos ideas del todo contrapuestas: De un lado la llave de España, por cuya defensa y unidad tantos y tantos apostamos, y del otro la llave de ese círculo morado que representa al neocomunismo más odioso y arbitrario al que la idea de España le da asco, comenzando por sus símbolos e instituciones y que, por si fuera poco, desea igualmente acabar con aquello que nos une y beneficia en la Unión Europea. Sánchez se mantiene con el agua al cuello, una situación a la que le ha llevado su falta de luces y de lealtad. 

La parte sensata del partido socialista, pongamos Susana Díaz (entre otros), le está pidiendo a Pedro Sánchez que respalde una gran coalición de gobierno encabezada por el PP, que para eso tiene 53 diputados más que el PSOE. Pero Sánchez es un tipo duro (que es como se llama compasivamente a los que poseen cerebro de ladrillo y exceso de autoestima) y dicen que forjado a partes iguales de odio a la derecha y ambición desmedida para alcanzar el poder, y por lo tanto Sánchez se acoge al mismo deseo de los que están dispuestos a sacrificarse por las causas más absurdas o peregrinas, cuyo lema vendría a ser este: "Antes morir que ser muerto", lo que a corto o medio plazo convertirá a Perico el "Largo" en un político casi tan fiambre como su colega separatista Artur Mas.

Lo que ocurre es que hacer caso a los consejos de Susana, que lo último que ha hecho es animar a Perico para que logre una coalición de izquierdas que no cuestione la unidad de España ni ponga condiciones como el referéndum en Cataluña, lo cual es imposible de conseguir y ella lo sabe pero no así Perico, que sí cree posible lograr esa coalición reuniendo a cuanto radical separatista o pancatalanista se le ponga a tiro, va a suponer que tarde o temprano nos encontremos ante un Congreso de los Diputados que le dará de lado a Rajoy, puesto que solamente logrará los votos del PP y a lo sumo la abstención de Ciudadanos, y acabe por concederle a Sánchez, en una segunda opción, el resultado de varias semanas de conspiraciones y promesas inconfesables tras las varias reuniones a puerta cerrada entre miembros de la actual ejecutiva del PSOE y cuanto partido político crea que España debe desaparecer del mapa como nación unitaria: Podemos, ERC, CUP, Compromís, etc.

Si no es así, si la gente de Sánchez no está ya negociando las condiciones de una investidura, mientras él se marcha a disimular en Portugal, que es lo que la izquierda sarmentosa y separatista debe otorgarle en cuando Rajoy fracase, es que uno no sabe nada de intrigas y enjuagues políticos ni ha sido capaz de advertir el talante despótico y mentiroso del actual jefe de los socialistas. Pero como resulta que el comportamiento de Sánchez, por ejemplo con el PSOE de Madrid, no pudo ser más escandaloso por lo muy estalinista, ya que laminó a Tomás Gómez por sacar unos resultados electorales que el propio Sánchez hubiera querido para sí en las recientes generales, de ahí se deduce que este fulano tan poco democrático y tan torpe hará lo que sea con tal de alcanzar el poder, y en ese lo que sea incluyo pactos secretos con Podemos, que simulará una postura ambigua de cesión ante el referéndum catalán, y no pocas concesiones a los grupos separatistas, esta vez en forma de momios y subvenciones que pondrá a disposición de estas sanguijuelas en cuanto controle el BOE, una parte del cual (pongamos cuatro o cinco ministerios blindados) pondrá a disposición de Coleta Morada.

Ante semejante locura, que espero sea más bien el resultado de un mal sueño o de mi afición a dudar sobre del comportamiento de los políticos, especialmente cuando poseen unos antecedentes tan negativos, solamente cabe formular un deseo: ¡Que Dios nos pille confesados!