Curiosamente, la plantilla de Intereconomía está compuesta de numerosos y admirables catalanes a los que el nacionalismo se la tiene jurada porque no dejan de airear sus vergüenzas. |
Intereconomía me parece un grupo de comunicación de lo más aceptable y honesto.
Se podrá estar de acuerdo o no con su línea ideológica, que destacan a menudo y sin tapujos
para que nadie se llame a engaño. Es decir, en Intereconomía no usan de esa
ambigüedad tan corriente en otros medios periodísticos, como pueda ser el
diario derechista 'La Vanguardia' de Barcelona, que se alinea sistemáticamente
a favor del poder y sin valorar en absoluto quién o cómo lo ostente. Y es que el
diario de Godó, y en general todo su grupo, dedica nula atención o pasa de
puntillas ante las noticias que pudieran resultar incómodas al inquilino del
'Palau de la Generalitat'. En pocas palabras, practican la autocensura a cambio
de la subvención.
Los de Intereconomía tampoco proceden como ese otro medio cuyos periodistas
van de exquisitos por la vida y hace décadas que nos dan lecciones de lo que es
correcto o condenable, cuando en realidad secundan a menudo o tratan de tapar no
pocas posiciones delictivas de la izquierda igualmente en el poder. Esta claro
que hablo de Prisa, en cuyo buque insignia, 'El País', se ha escrito siempre a
favor de lo más degenerado del socialismo, obteniendo a cambio numerosas prebendas
que rentabilizaron en tiempos de Polanco ¡y de qué manera! Hoy, venida a menos y
entrampada hasta las cejas, circunstancia que se agravó en cuanto perdió la
sombra del poder como consecuencia de un Zapatero que prefirió otorgarle su
amparo al grupo de Roures —¡otro que tal!—, Prisa malvive en espera del
siguiente ERE o de la próxima refinanciación que deba llegarles, jamás
definitiva.
Lo mismo ocurre en tantos y tantos medios de comunicación, puesto que
ninguno de ellos escapa a la tremenda situación que padecemos, con una publicidad
que se retrae y agudiza la crisis respecto a otros sectores. Intereconomía
no es ajena a esa crisis general, pero estoy convencido de que al ser una
organización donde esencialmente imperan los valores, entre los que se incluyen los del esfuerzo y la dedicación, será uno de los grupos que surja mejor librado. Ahora bien, si a la
crisis económica le sumamos la enorme saña con que Intereconomía es atacada por
la izquierda o el nacionalismo, dentro del cual ni siquiera descartan los atentados de carácter terrorista (afortunadamente sin víctimas, por el momento), en tal caso la subsistencia
del grupo de Julio Ariza se complica y se hace necesario el respaldo de la
gente de bien. Apoyemos, pues, a Intereconomía presenciando sus programas de
televisión, escuchando su radio o leyendo 'La Gaceta'. Es un modo de solidarizarnos
con ellos.
Supongo que son coherentes con sus...¿intereses?
ResponderEliminarNo me gustan.
No me extraña que no le gusten si le parecen preciosas la canciones adoctrinantes de los etasunos, como anota en otro artículo.
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