Cuando
vi por primera vez este video no le presté demasiada atención, pues en ese
circo en el que parece haberse convertido el Congreso de los Diputados no es
extraño que, con alarmante regularidad, Sus Señorías den rienda suelta a su
vena histriónica. No obstante, en un segundo visionado capté un matiz que no
tiene desperdicio. Observen qué dice el diputado de ERC Alfred Bosch en un
determinado momento (1´33´´): “Es una
bandera que admite a todos aquellos que compartan ciertas ideas”.
No
cabe mayor declaración de palmaria intransigencia, pese a toda la verborrea de
libertad, tolerancia y democracia, que la hecha –probablemente de forma
inconsciente– por este diputado. Los nacionalistas catalanes quieren hacer de
esa bandera la única bandera, pero
bajo esa única bandera, según ha confesado Bosch, sólo encontrarán cobijo
“aquellos que compartan ciertas ideas”; es decir, única y exclusivamente
aquellos que comulguen con las ideas del nacionalismo radical.
En
nombre de la libertad, la tolerancia y la democracia –junto con la solidaridad
los vocablos más prostituidos del diccionario– ondean Bosch y sus compinches
una bandera que representa precisamente todo lo contrario: la esclavitud, la
intolerancia, el autoritarismo y la discriminación. Esa bandera exhibida por
Bosch es –no lo digo yo, lo ha dicho él– una bandera excluyente, una bandera
sólo para algunos ciudadanos, una bandera que sirve para separar y no para unir,
una bandera que imposibilita la convivencia pacífica, una bandera de oprobio y
fanatismo. Esa bandera se ha convertido merced a la intolerancia de quienes la
enarbolan, magníficamente representados en este caso por Bosch, en una bandera
guerra civilista.
Son duchos en la neolengua que presentaba George Orwell en 1984. Dicen una cosa, pero esta representa todo lo contrario a lo expuesto.
ResponderEliminarNormal y lógico para aquellos que viven (vivimos) en el Mátrix catalán, donde cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Un saludo.
Tú lo has dicho y no seré yo quien te corrija.
EliminarUn saludo.
El partido del sectario Bosch, un formación de mentalidad nazi, no dejó de coartar la libertad cuando formaba parte de ese tripartito que gobernó en Cataluña durante siete años seguidos. Las multas por rotular en español y el desacato a las sentencias de los tribunales (todo ello sigue), junto a los "escamots" violentos enviados contra cualquiera que les molestase (algo que también sigue, mira los estragos de esta semana en la sede de Ciudadanos en Gerona) son hechos que demuestran precisamente lo contrario de lo que dice el sinvergüenza que exhibe ese trapo que no sirve ni para limpiarse el trasero.
ResponderEliminarEfectivamente: muy poca vergüenza tiene este pollo para hablar de libertad, tolerancia y democracia cuando está defendiendo todo lo contrario.
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