Como no todo tiene que ser hablar del Coronavirus o de esa
banda de asesinos en serie alojados en la Moncloa, lo que nos tiene más que
aburridos además de preocupados, inauguro hoy una nueva sección en Batiburrillo
2012 dedicado a la literatura. Así que comenzaré, con perdón,
por anotar una serie de datos curiosos sobre mi novela “Viento de furioso
empuje”, a ver si logro llamar la atención de algunos de mis amigos de
siempre y se animan a bajarse el eBook disponible en Amazon.
Hablaré de Yunán ben Sufián, un joven árabe que debe moverse junto a ese ejército islámico que asalta Hispania en 711 y que protagoniza el rol principal de la novela. Ante semejante situación, lo más lógico hubiese sido otorgarle las características de un guerrero notable. Pero no me gustaba esa idea, no quería convertirlo en una especie de Guerrero del Antifaz del lado árabe, ni mucho menos hacerlo poco menos que invencible en las batallas.
Buscaba a alguien más humano, con la sensibilidad necesaria para reparar en lo complejo de su entorno y bien dotado para la reflexión. De modo que opté por seleccionar a otro tipo de personaje que llegara casi de casualidad a la costa africana, justo en vísperas de la gran aventura.
Tomé como lugar de referencia la corte omeya en Damasco, capital de lo que por entonces era ya un imperio árabe muy extenso. De allí extraje al hijo de un visir que acabada de regresar a la ciudad después de una prolongada misión en el antiguo Imperio sasánida (Persia), donde se le despertó un profundo resquemor acerca del comportamiento de los gobernantes musulmanes y de la religión que les servía para justificar tantos abusos como pudo percibir.
Junto a Yunán, es posible encontrar en el relato a otros muchos personajes con diálogo, 9 de los cuales son históricos y algunos desempeñan un papel muy importante en la obra, como puedan ser Tariq ben Ziyad (valí de Tánger y conquistador del Guadalete), Abdelaziz ben Musa (uno de los primeros emires de Spanía) y Musa ben Nusayr (emir de Ifriqiya).
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