Leo con pena mas sin
asombro que, ante el gravísimo problema secesionista que amenaza la integridad
de España, no ha tenido mejor ocurrencia el candidato a la presidencia de la Generalidad por el PSC, don Pere Navarro, que culpar al señor Rajoy de haber convertido
Cataluña en "la mayor fábrica de
independentistas del Estado” –también le exige que “pida perdón por sus posturas extremas”– aliándose
así sin pudor alguno con los independentistas catalanes.
No me causa sorpresa, como
ya he anticipado, porque ésa ha sido siempre la vocación del PSOE desde los
tiempos de Pablo Iglesias: coligarse si lo creen necesario con el mismísimo
demonio aunque éste conspire –o precisamente por eso– contra esa España por
cuyo pasado y presente tan poco respeto demuestran los socialistas. No puedo
evitar, sin embargo, que me cause pena, porque el caso es que necesitamos a
estos tíos. Reformados, enmendados, refundados, transmutados… pero los
necesitamos.
Tal como está montado
este cotarro, instalados en un bipartidismo en el que el partido de Rosa Díez
no acaba de despegar y en el que los nacionalistas están siempre bien
dispuestos a dar por saco, es indispensable para que España no pase a ser un
concepto confinado en los libros de historia que los dos grandes partidos
españoles tengan una clara vocación española –mentira parece que sea necesario
escribir esto–. Imagínense un próximo parlamento sin mayorías absolutas, con
los nacionalistas alborotando y el PSOE haciendo gala de su habitual desdén por
España… Si la actual tesitura es preocupante, la que se puede dar próximamente
es, directamente, suicida. Y quien se suicidaría sería ni más ni menos que
España, comprensiblemente harta de que tantos españoles hayan renegado de ella.
Pues bien, inmerso como
está el PSOE en una crisis de considerable magnitud, sería deseable que, de una
vez por todas, aprovechase este partido la fenomenal coyuntura para renovarse
de arriba a abajo y que –entre otros cambios– la “E” que luce en sus siglas y
que hasta ahora nunca ha pasado de anecdótica se convierta en categórica y el
Partido Socialista se comprometa de una maldita vez con la defensa sin
ambigüedades de la unidad de España. Basta ya de maquiavélicos dirigentes
socialistas que creen que España es un concepto discutible o de señores Navarro
que hacen el juego a los independentistas; que por fin lidere el PSOE alguien
para quien la defensa de España sea base irrenunciable de su acción política.
Se necesita, insisto,
un gran partido con carácter español que sirva de contrapeso y de alternativa
al PP –partido que, dicho sea de paso, debería poner más ahínco en su defensa
de España y de lo español–. Y, mientras UPD no demuestre lo contrario, esa
misión sólo puede ser asumida por un PSOE que, en horas bajas, no puede aplazar
su refundación. Por el bien de España y de los españoles deseo tan honesta como
ingenuamente que así sea.
Decididamente no es posible otro PSOE, en su ADN lleva un sectarismo histórico y el consiguiente odio hacia España, nación a la que relaciona con un catolicismo que para ellos es insoportable.
ResponderEliminarLo que hace falta es otra izquierda que además de ser patriótica no encierre en sus filas el odio hacia nadie, como por ejemplo UPyD y Ciutadans, que son partidos sensatos y además apuestan por una verdadera reforma de la estructura delirante de 17 miniestados derrochones.
ResponderEliminarNi el psoe tiene arreglo ni el pp, al fin y al cabo es el ppsoe y lo mejor que podría hacer es irse por el sumidero.
Como no lo harán, tendremos que mandarlos nosotros. Lo que no sé es si para entonces quedará alguien dispuesto a hacerlo.
Pacococo