lunes, 5 de noviembre de 2012

Mas, il Duce catalano

Quizá no sea lo que parece y en este caso el Duce corra como un gamo detrás de las empresas que están comenzando a abandonar Cataluña. Por ejemplo Coca-Cola, ¿les suena la marca?

¿Alguien puede creer que más de 40 millones de españoles vamos a consentir que nos roben un trozo de España? Y eso sin contar que otros tres millones largos de personas se sumarían en Cataluña a un rechazo que, esta vez sí, supondría un verdadero expolio en el caso de producirse la segregación anunciada. Si esa es la creencia que tienen los nacional-separatistas catalanes, a partir de la inacción de un Rajoy completamente acobardado, es que no conocen la historia de nuestra patria, tan llena de episodios heroicos entre los que destaca una Reconquista que duró casi ocho siglos y costó un sinnúmero de vidas, ni saben que en ocasiones a los españoles nos hierve la sangre ante los abusos de unos politicastros con vocación de tiranos, como por ejemplo durante esa invasión napoleónica que aprovechó el secuestro en Francia de la familia real española y de su valido Manuel Godoy, un sujeto poco dado a la lealtad y al honor en quien el rey depositó el Gobierno del Reino.

Si los nacionalistas apenas han logrado poner a su favor a la mitad de la población, y ello después de tres largas décadas de adoctrinamiento y propaganda, me pregunto qué ocurriría entre los españoles el día en que alguien salga a un balcón y proclame la independencia de Cataluña. Eso sí, semejante felonía podría llegar a producirse mientras el jefe de los populares se fumaba un puro y acaso se limitase, como única respuesta, a quitarle la ceniza al tabaco. Al respecto de la insurrección, la prensa no comprada por el Gobierno catalán se muestra casi unánime: "Más llama abiertamente a incumplir las leyes". 

Y es que el candidato Mas lleva un ritmo ascendente en sus declaraciones cismáticas. Mientras acusa a otros de provocar a Cataluña (¡él es Cataluña!), no hay semana en que no eructe dos o tres frases amenazadoras alentando a una rebelión que fija para 2014 como fecha ideal o a lo sumo durante la legislatura próxima. Lo hace desde el más puro estilo del fascio italiano, arguyendo que de nada valdrá la Constitución española, ni las leyes, ni los tribunales o cuanto se le ponga por delante. ¡No debería actuar ya el fiscal general del Estado ante lo que es una clara apología a la rebelión! Metemos en la cárcel y con toda razón a gente como el etarra Otegi cuando en sus mítines usa frases tipo "Gora ETA", ¿no es mucho peor lo del separatista Mas cuando, desde su condición de presidente de la Generalidad de Cataluña (ahora con el mismo cargo en funciones), arenga a la más completa insumisión al Estado de Derecho?

Al Duce Mas se le llena la boca con la palabra democracia y la necesidad de que se pronuncie el pueblo, pero ante qué clase de demócrata nos encontramos si ninguna ley ni tribunal merece su respeto ni piensa acatarlos. De hecho, hace bastantes años que se pasa las sentencias por el mismísimo ojete y no le ocurre nada. De ahí su lógico envalentonamiento de quien se cree por encima de la Ley. Lo que da que pensar en qué pasaría si el pueblo de Cataluña no aceptara su propuesta, ¿cuánto tardaría en volver a llamar a la rebelión y en convocar un nuevo referéndum? ¿Un año, dos... o cada vez que tuviera problemas económicos debidos a su pésima gestión? ¿Alguien así puede ser considerado fiable? ¡En absoluto, todos sus métodos apuntan a la condición de fascista o mafioso, tan en concordancia con el Régimen imperante en Cataluña!

En el caso de Mas nos hallamos, pues, no ante un libertador de Cataluña, territorio víctima propiciatoria de los nacionalistas de todo pelaje, sino ante un provocador que ha tenido la potra de llegar al poder justo cuando la farsante propaganda nacionalista ha alcanzo un grado óptimo de persuasión entre unas mentes previamente reblandecidas por el adoctrinamiento. Sí, se trata de un fulano al que además le han acompañado otros dos golpes de suerte: Una crisis económica de caballo que afecta a toda España (mucho más a Cataluña como consecuencia del derroche identitario), lo que le permite mentir de continuo con el estamos así porque "España nos roba", y un Gobierno del PP que es la nulidad más absoluta en esto de frenar a los separatistas, a los que encima no deja de enviarles millones y millones de euros que solamente sirven para nada bueno. De donde se deduce que Rajoy probablemente no hará nada hasta que todo esté tan deteriorado que la única solución corra a cargo del Ejército, ¡Dios no lo quiera, y más a sabiendas de que podría llegar a derramarse sangre!

Como resumen, digamos que cabe formularse la siguiente pregunta: ¿Puede un 'Duce catalano' arrebatarle una parte de su patria a más de 40 millones de españoles? ¡Ni en sueños! Si no lo evita Rajoy, al que probablemente la desidia sobre este asunto lo mandará al estercolero político, ya lo harán los españoles, sea antes o después de la independencia catalana. ¡Y que nadie me pregunte cómo, pero estoy convencido de que lo harán!

3 comentarios:

  1. Anónimo20:09

    Creo que ya se va viendo la jugada. Unos intelectuales han publicado un manifiesto pidiendo el federalismo. O sea el consenso, lo tibio, ni una cosa ni otra. Pero si Cataluña se convierte en un esto federado, Artur I el libertador podrá disfrutar de hoteles más lujosos que ahora pues el estado catalán recaudará y gastará en lo que le de la gana.

    luego se volverá a plantear y se avanzará otro paso y al final se producirá la separación sin que nadie se entere. Que es de lo que se trata.

    Pero de momento vamos al federalismo.

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    1. A los nacionalistas no les interesa para nada el federalismo, no les mola que seamos todos iguales. Claro que si se trata de federalismo asimétrico entonces sí, en cuyo caso habría que darle un buen guantazo a quien lo aprobara.

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  2. Anónimo7:23

    Yo juré defender la unidad de España..

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