sábado, 26 de enero de 2013

Otro intelectual que rebate el totalitarismo nacionalista catalán

Santiago Trancón, doctor en filología hispánica, escritor y crítico cultural, desmonta con argumentos la actitud totalitaria del secesionismo catalán,  tan proclive siempre a llamar antidemócratas a cuantos se opongan a sus caprichos identitarios. 

‘Lo que más me sorprende de los independentistas catalanes es su capacidad para confundir y hacer pasar por democrático un proceso profundamente antidemocrático. Su habilidad para mentir, manipular y deslegitimar a cualquiera que intente desmontar las falacias de su discurso. Basta leer esta entrevista para darse cuenta de hasta qué punto los independentistas son capaces de decir que lo negro es blanco con una arrogancia insultante. La entrevistadora, claro, no hace otra cosa que facilitarle la tarea al entrevistado.
Algo tan elemental como preguntarle sobre la validez de su afirmación fundamental, la clave de todo su edificio discursivo, bastaría para desmantelar el andamiaje independentista. Dar por supuesto que ‘Cataluña es sujeto político soberano’ es eliminar el problema antes de empezar a discutirlo. No resiste la más mínima lógica, porque:

1. Decir que Cataluña es ‘políticamente soberana’ es lo mismo que decir que es ‘independiente’, así que no tiene sentido someter a consulta algo que se da por sentado y se considera indiscutible. Es tanto como decir: proclamo mi soberanía para poder realizar un referendo sobre mi soberanía. Los independentistas catalanes no buscan la independencia, porque ya se consideran con este derecho;lo que buscan es que los demás reconozcan lo que ellos proclaman. Si no lo hacen, son antidemócratas, o sea, fascistas.
2. Todo el discurso independentista parte del mismo supuesto: somos una nación, somos un pueblo soberano, etc., y si los demás no nos lo reconocen es que son antidemócratas y nos quieren impedir ejercer un derecho indiscutible: el de decidir sobre ‘nuestro futuro’. Entiéndase mejor el eufemismo: el de decidir unilateralmente la independencia sin tener en cuenta para nada el marco legal y constitucional democrático existente.
3. ¿Pero quién decide que Cataluña es soberana? Pues unos cuantos parlamentarios que se autoarrogan una capacidad que nadie les ha otorgado ni legal ni democráticamente. ¿En qué se basan? En que así ‘interpretan la voluntad mayoritaria del pueblo catalán’.¿Quién les ha dado poder para interpretar así esa supuesta voluntad? Ellos mismos… [...]
4. Hay que rechazar la legitimación falsamente democrática del independentismo y definirlo como lo que es: un movimiento radicalmente antidemocrático. Es antidemocrático porque rompe el sistema democrático actual para imponer una independencia definida y proclamada de antemano por un pequeño grupo de poder que trata de legitimarse con un proceso falsamente democrático.
5. El actual marco legal de la Generalidad proviene de una Constitución mayoritariamente aprobada por los españoles, incluida la mayoría de los catalanes. Su poder no proviene de ningún pueblo catalán, porque el pueblo catalán no es hoy ningún sujeto jurídico ni legal, como tampoco lo es el pueblo leonés o el extremeño. Tanta legitimidad tiene el pueblo leonés como el catalán para autoproclamar su independencia: ninguna. [...]
6. Los nacionalistas no quieren seguir la única vía democrática posible: someter su proyecto independentista a la decisión del pueblo español. [...] Si tan convencidos están de la legitimidad de su proyecto, ¿por qué dudan de someterlo a la decisión de único sujeto político que tiene hoy la posibilidad de otorgarlo? ¿Tan incapaces se ven de defenderlo abiertamente con argumentos convincentes? ¿Por qué han estado más de treinta años encubriendo su objetivo y sus verdaderas intenciones? ¿Por qué ni siquiera hoy en Cataluña aclaran su proyecto, lo definen y defienden abiertamente? [...]
7. La debilidad discursiva del independentismo hace que su comportamiento oscile entre la arrogancia y el desprecio abierto a todo lo que suene a España, con la difusión masiva de sus falacias legitimadoras. Tanto es así que han logrado extender el sentimiento de que, o se aceptan sus pretensiones, o de lo contrario el conflicto irá en aumento hasta lo insoportable. [...]
8. La esencia del proyecto antidemocrático independentista es su rechazo de la idea de España. Para que ellos sean independientesEspaña debe desaparecer. Han planteado la independencia en esos términos, porque de otro modo no tendrían ningún argumento convincente para la exigir la separación: “España nos roba”, “con España no podremos salir de la crisis”, “España nunca nos dejará ser lo que somos”… [...]
9. La última estupidez, llena de arrogancia, ha sido esa de “hasta respirar en catalán van a decir que es anticonstitucional”, dicho a propósito de la sentencia contra el abuso del euro por receta. ¡Respirar en catalán…! No es sólo una solemne tontería: los independentistas realmente piensan que los españoles no les dejamos respirar en catalán, que hasta el hecho de respirar se puede hacer en catalán o en castellano, que el ser de Cataluña, la identidad catalana es algo que no sólo se lleva en las venas, sino que se difunde por el aire. El inconsciente habla: la identidad nacional es algo total, que abarca la tierra, el aire, la historia, los sentimientos y, por supuesto, la genética. Lo total deriva siempre en totalitarismo: hasta el aire nos pertenece.
Santiago Trancón, doctor en Filología Hispánica por la UNED, escritor, crítico cultural y autor del texto del Manifiesto de los 2.300 de 1981.

5 comentarios:

  1. Anónimo21:11


    Es igual, no importa lo brillante que sea un razonamiento, ellos son inasequibles al desaliento. Ellos se mantienen en sus mantras y no hay forma de sacarlos ade ellos. por tanto no merece la pena razonar, procede otra cosa.

    Al fin y al cabo un estatuto de autonosuya es una ley orgánica, que luego lo revistan con un referendum no añade nada sustancioso. Una ley se puede eliminar con otra ley.

    Pero claro, hace falta voluntad y los sucesivos gobiernos no la han tenido, no se sabe si por malicia, obediencia o que son tontos de remate.

    Porque a este teatro se han apuntado todos los gobiernos y todos se han rasgado las vestiduras pero todos han procurado estar de cómplices con los nazionalistas.

    Y ahora no puede venir D. Mariano con que escuchará a sus asesores legales, mientras la Sra Sanchez se muere por entrar en el gobierno catalán.

    Pacococo

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    1. Pues sí, me temo que comparto tu opinión, que es tan pesimista como realista.

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  2. Pues menos mal que no se llama "Trincón" de apellido, con la que está cayendo.
    Ahora en serio: muy buen artículo.

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  3. Pues menos mal que no se llama "Trincón· de apellido.
    Bueno, ahora en serio: excelente artículo. Buena bitácora tiene usted, Don Pedro.

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    1. Gracias por su participación y bienvenido a Batiburrillo.

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