sábado, 21 de diciembre de 2019

Cataluña, ruina moral y económica (Y bien que lo siento)


Cuándo se dará cuenta la inmensa mayoría de los votantes catalanes, muchos de los cuales se quedan en casa en las elecciones autonómicas, de que el retrógrado nacionalismo que les gobierna, en el que prevalece la idea de una raza superior, les conduce al peor de los caminos imaginables. De entrada, la ruina moral ya la han conseguido hace varios años, puesto que la democracia no existe en Cataluña, ni tampoco las libertades y derechos individuales que se disfrutan en la mayor parte de las regiones españolas, donde se respetan las leyes y se obedecen las sentencias de los tribunales.


Pero si lo antedicho fuese poco, digamos que hace algún tiempo que los catalanes avanzan a buen ritmo hacia la ruina económica. Además de los varios miles de empresas que se han marchado, también lo demuestra la noticia aparecida ayer y ofrecida por el Instituto Nacional de Estadística (recogida en El Mundo), según la cual el PIB madrileño (230.794 millones) superó en 2018 al catalán (228.682 millones). Si además se tiene en cuenta que la población de la Comunidad de Madrid era de 6,579.111 habitantes en 2018, con un PIB per cápita de 34,916€; mientras que en el citado año la de Cataluña era de 7.543.825, lo que ofrece un PIB per cápita de 29,936, entonces no puede estar más claro que Cataluña retrocede como consecuencia de un gobierno desastroso, que no duda en oprimir a más de la mitad de la población (por ejemplo en el tema lingüístico) y al que solamente le preocupa un único asunto: La independencia al precio que sea necesario, violencia incluida y sin descartar el terrorismo.

De todo lo expuesto, y si además se considera que Cataluña desciende un peldaño de PIB cada uno o dos años (ya está en PIB per cápita detrás de Madrid, Vascongadas y Navarra), de ahí puede extraerse una duda no poco preocupante: ¿Cuántos años tardará Cataluña, con el régimen totalitario que gobierna en esa región, en ser tan pobre como el trío de regiones españolas que ahora se encuentran a la cola de la riqueza? Y es que, no nos engañemos, el nacionalismo identitario no tiene solución posible mientras al frente del gobierno de España haya gente no ya socialista, sino algo mucho peor: sanchista.

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