viernes, 24 de agosto de 2012

Un gobierno acobardado

Este es el canalla que pide un trato muy distinto al que él le concedió a Ortega Lara, que permaneció 532 días en un zulo sin ventanas, de unos seis metros cuadrados, y al que finalmente se abandonó a su suerte ante la proximidad de la Guardia Civil. No soy nada partidario del ojo por ojo, pero como Dios existe que algunas sabandijas merecen que se les aplique la ley del Talión.

El ridículo asunto de ese etarra abyecto conocido por Bolinaga, que chantajeó al Gobierno de España con una huelga de hambre abandonada a los 15 días porque su puñetera vida podía peligrar, ¡que tiene guasa!, así como la huelga de pacotilla de otros 'cientoypico' de etarras dedicados a la ingestión agotadora de bocadillos de mortadela, ha venido a demostrar que tenemos un Ejecutivo cuyos miembros implicados en el asunto, Justicia e Interior, ni tienen coraje ni tienen vergüenza ni tienen lo que hay que tener: Honradez moral para poner a los canallas en su sitio y mantenerlos ahí.

Precisamente hoy se ha sabido, a través de un informe forense de la Audiencia Nacional, que el cabrón de Bolinaga presenta solo leves síntomas clínicos y por lo tanto no se encuentra en estado terminal, falsa razón por la que inició el chantaje y por la que el espantadizo Gobierno anunció que le concedería el tercer grado penitenciario. Y ahora qué va a pasar, se retractará el ministro de Interior o bien confesará abiertamente que la ETA, una vez más, se la ha metido doblada. ¡Porca miseria, qué asco de gobierno pepero! Y no sólo con la ETA, sino a la hora de poner en su sitio a cualquier nacionalismo dedicado a lo mismo: la amenaza y el chantaje. Sin hablar de los que incumplen las sentencias de los mas altos tribunales y lo declaran a las claras.
Asaltantes comunistas al Carrefour de Mérida, cualquier cosa antes que practicar la solidaridad con el esfuerzo del propio trabajo.
No sé qué me indigna más, si la actitud complaciente de Rajoy respecto a los etarras y los nacionalistas vascos y catalanes, puesto que el ministro Fernández Díaz no debe tomar ninguna decisión importante sin consultarle (de lo contrario aún sería peor), o esa otra dejadez que están demostrando a la hora de atajar los saqueos de las grandes superficies y la invasión de fincas. Hoy se ha producido otro asalto a un Carrefour, esta vez en Mérida. Los asaltantes iban encabezados por un diputado de IU en el Parlamento de Extremadura. Botín: cuatro carritos de comida que finalmente la Policía les ha obligado a devolver. Pero el acto está ahí, quedando impune cada vez que se produce. Y la razón de que los comunistas asaltantes se comporten como tal, aparte de que lo llevan en el genes ideológicos, es que han advertido que Rajoy pasa de todo y dirige un gobierno de pusilánimes dedicado a marear la perdiz con las instituciones europeas. 

2 comentarios:

  1. Esto es Dogge C. Pedro. Una mayoría absoluta dilapidada por unos cobardes, si no algo peor..

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    1. Exacto, son unos cobardes y eso es lo que duele, que cuando no necesitan a los nacionalistas siguen temerosos de ellos.

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