La entrada de hoy corresponde al capítulo XIV de “Viento de furioso empuje” (Amazon), alude a una reflexión de Yunán acerca del polémico encuentro entre el musulmán Tariq y la judía Yaidé, ambos empeñados en establecer una paz en la región del Rif siempre que el contrario renuncie a su religión.
Capítulo XIV. Yaidé bar Hasdai
Para Yunán, espectador privilegiado de aquel encuentro, no cabía duda alguna que el aire de ofrecimiento y cesión del valí poseía un fin: Formaba parte de la dote de gestos, inflexiones de voz y silencios marcados —como a él mismo le sucedió con Musa unos meses atrás—, de la que toda transacción se halla bien surtida y que algunos negociadores precisan usar para que el contrario se confíe y descubra sus intenciones reales. Daba la impresión de que Yaidé intentaría lograr un acuerdo mediante el cual su pueblo quedase soberano, sobre todo en lo tocante a la religión, si bien no intuía aún en qué términos propondría el acuerdo y qué precio deberían pagar las partes.
De no plantearse una propuesta clara de cualquiera de ellos, forzoso sería pensar que se hallaba ante una pareja hermética y que la visita de Yaidé no tenía justificación alguna. Para el jerife, lo más improcedente del pernoctado negocio con la dama era que los godos llegarían apenas en unas horas, o como mucho al día siguiente, y no consideraba prudente enzarzarse demasiado con ella y reincidir una y otra vez en unos argumentos que podían llegar a dilatarse durante meses. El equilibrio con ambos adversarios del islam, los godos de Ceuta y los sayaras judíos de las montañas, debía ser exquisito; no en balde se trataba de potenciales asociados en la atrayente empresa de llegar hasta Toledo y conseguir el libro profético.
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