viernes, 24 de enero de 2020

Ábalos, el que parecía formal


Pues resulta que José Luis Ábalos confirma que vio en Barajas a la número dos del régimen venezolano, pero asegura que fue un encuentro fortuito. Vamos, de casualidad, de pura chiripa. Ocurrió al ir a Barajas a tomar café (o un carajillo, que así tiene esa voz tan aguardentosa) y en el aeropuerto le dijeron que en el Falcon turco que usa la jefa chavista sirven un café cojonudo. Y ahí que se va Ábalos, en pos de lo fortuito. ¡Toma ya!


Lo que ocurre es que Delcy Rodríguez, la Dos del genocida Maduro, tiene vetada la entrada en la Unión Europea como consecuencia de la vulneración de los derechos humanos que practica su régimen, por lo que en Europa se reconoce a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, lo que asimismo secunda España, al menos en teoría. Por tal razón, Ábalos debió ir a tomar café a su puñetera casa en lugar de entrevistarse, a saber cuántas horas y sobre qué temas (el avión permaneció en Barajas durante 14 horas) con la desquiciada chavista.

Preguntado por el asunto, Ábalos aseguró que fue a Barajas a título privado (y tan privado), a recoger a un amigo venezolano, que casualmente es el ministro de turismo chavista, Félix Plasencia, a quien recibió al día siguiente en la sede del ministerio, sin que se hiciera público en ese momento, ya que a buen seguro que también fue de forma fortuita y coincidieron en la cantina del ministerio cuando fueron a tomar café. Por supuesto que Ábalos desmiente cualquier contacto con la Vicepresidenta de Maduro, e insiste, tras abroncar a los periodistas, en que él solo fue a Barajas a recoger a su amigo (¡coño, que pida un taxi!), lo que por sí solo justifica con creces la hora y media que Ábalos permaneció dentro del Falcon, donde servían un café cojonudo.

En resumen, si los encuentros con genocidas pueden ser fortuitos, ¿quién puede exigir que la especulación deba alejarse de esa misma línea? Luego está claro que en el presente caso lo más probable, puestos a especular de modo fortuito, es que Ábalos sea el emisario de Fraudez y del Coletas que negocie con los chavistas para que, una vez hayan sacado de Venezuela cualquier cosa u objeto de valor (obras de arte, divisas, piedras preciosas, oro, etc.), el gobierno de España se interese ante la Unión Europea a fin de que se permita que en nuestro país se acoja como exiliados a cuantos malnacidos venezolanos quiera instalarse aquí y vivir a cuerpo de rey.

Exilio que puede apetecerles mucho si se consideran dos circunstancias: Que esta gentuza ya dispone en España de numerosas propiedades inmobiliarias, casi todas de lujo, y que están convencidos de que los social-comunistas encabezados por Fraudez implantarán un régimen muy semejante al de ellos. Y además de larga duración: entre 10 y 30 años. Así que no les faltará tiempo para tomar café del bueno.

2 comentarios:

  1. ¿A quién le parecía 'formal' Ábalos? A algún ciego y sordo, supongo.

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    1. Muchas gracias por tu comentario. Ahora una pequeña apostilla:
      Las cualidades dependen según con quien se compare. Me parecía que Ábalos era distinto a Carmen Calvo o la señora Celaá, por ejemplo. Siempre en la línea socialista de la farsa, Ábalos no daba tanto la nota.

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