Está claro que
Fraudez gasta mucho más de lo que ingresa, tal es el caso de ese déficit público
disparado por encima de los 3.000 millones de euros hasta noviembre de 2019. Y eso a pesar de la trompetería usada en su momento para anunciar que lo bajarían. De donde
se deduce que cuanto anuncia Fraudez no deja de ser pura propaganda o engaño,
que son otras de las características falaces de este pájaro, reforzadas mucho más en lo negativo a partir de la coalición con los comunistas.
De otra parte,
para tratar de llegar a "fin de mes" el gobierno de Fraude se dedica a practicar la morosidad o a no reconocer la deuda, tal
como sucede en el caso de la devolución del IVA que corresponde a las
Comunidades Autónomas (dicho sea de paso, un invento del diablo destinado a la
fragmentación de España). Por tal motivo, no es de extrañar la actitud de Alberto
Núñez Feijóo, presidente de Galicia, quien asegura que está dispuesto a agotar
todas la posibilidades judiciales al no lograr un entendimiento institucional
con el gobierno central. Es decir, que Galicia deberá recurrir a los tribunales para obtener los 370 millones de euros que le adeuda el
gobierno de Fraudez.
Pues el mismo método,
el impago por la jeta, es el que perpetra esta banda de morosos con unas
cuantas autonomías, salvo Cataluña y Vascongadas, donde llegan los vagones de
tren cargados de billetes (entiéndase transferencias electrónicas de Hacienda).
Pero los gobiernos de Castilla-La Mancha, Murcia, Andalucía, etc., andan locos
por pillar un euro para no incurrir en un déficit aún mayor, porque la morosidad viene de lejos. Y es que con el rollo de
que los presupuestos fueron prorrogados, Fraudez solo paga a los que a él le
conviene. Un detalle que lleva a la reflexión final: El gobierno social
comunista es el que mayor desigualdad establece entre los españoles, a los
cuales (y ya sin disimulo) nos ha dividido en buenos y malos.
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