En el barrio de
Santa Eulalia, en Murcia capital, tres hermanas norteamericanas fueron apaleadas
y violadas la noche de fin de año, o al menos dos de ellas, puesto que la más
joven, de 18 años, que también fue golpeada, parece que logró huir. Se presentó
la correspondiente denuncia y los presuntos violadores fueron detenidos,
quedando incomprensiblemente en libertad provisional, que hay que clamar a lo
más alto sobre el criterio del juez. De la noticia, por lo que hasta ahora se
sabe, lo primero que se deduce es la tremenda ingenuidad de las chicas USA, quienes
tras conocer a esos sujetos un rato antes en un bar de copas (o algo parecido) no se lo
pensaron a la hora de llevarlos a su piso para seguir allí la fiesta de
Nochevieja. Que hay que ser tontas hasta almorzar y después… toda la noche.
Ahora bien, la
pregunta que uno se hace es la siguiente: ¿Cuánto tardarán las feminazis en
manifestarse en las grandes ciudades contra el trío de violadores? Me temo que aplazarán
la manifestación más de la cuenta, si es que llegan a manifestarse algún día. Entiéndase
que hay dos razones a cual peor que impiden que se salga a vociferar en la calle:
1.- Porque las chicas son norteamericanas, una especie odiada a muerte por toda
la izquierda de este mundo, lo que supone que algo así sería como manifestarse
a favor de Donald Trump y… ¡hasta ahí podríamos llegar! Y 2.- Porque los
violadores ¡son iraníes! (otras fuentes hablan de afganos, en cualquier caso musulmanes),
y por lo tanto para los podemitas, de gran influencia entre las feminazis, tanto
los persas como los talibanes son especies protegidas y “protectoras”. Y no es plan de molestar a los "generosos" ayatolás con semejante nimiedad.
Y hasta aquí
puedo escribir, ya veremos en qué queda todo esto y si no ocurre como con los
musulmanes en Manresa, la mitad huidos y la otra mitad vete a saber.
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