miércoles, 15 de enero de 2020

La derecha debe unirse para que sobreviva España (Parte 2)


Apenas transcurridas 24 horas de las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019 y muy en contra de cuanto prometió Fraudez en campaña, Pedro y Pablo se abrazaron como si de dos ositos amorosos se tratase (solo les faltó morrearse al comunista modo de Honecker-Brézhnev) y firmaron un acuerdo revolucionario al que le siguió una expresión placentera en la que daban a entender: “esto está ‘chupao’ a tope”.


Es decir, los ositos pactaron un cambio de Régimen según el cual la España democrática y constitucional dejará de existir, sin que importe en absoluto, he ahí lo más triste, que la patria común quede deshilachada a favor de unos socios con los que ya negociaban entonces: los separatistas-golpistas, los garrapatas del PNV y los etarras de Bildu. ¿A cambio de qué?, cabría preguntarse, pues de ese proyecto galáctico cuya duración ya han calculado y del que están seguros que les mantendrá 30 años seguidos en el poder. Para lo cual, el número de transgresiones continuadas de la Ley que perpetrará este gobierno Frankenstein V 2.0, ojo al dato, deberá alejarse de la legalidad a la misma velocidad que la luz: 300.000 fechorías por segundo.

Ante una perspectiva tan ominosa para los españoles, ¿de qué modo han reaccionado los partidos de la derecha? ¿Alguien sabe algo de ellos? ¡Tierra llamando a Casado y Abascal! ¡CQ, CQ! ¿Hay alguien ahí? Bien, pues la única respuesta que se me ocurre ahora es la de afirmar que se están dedicando, cada uno por su cuenta, a hacer de polis malos, en el sentido de ineficaces o inútiles para los intereses de los ciudadanos decentes, o sea, los no asilvestrados (al menos aún) por un Régimen que tiene toda la pinta de no permitirnos volver a la libertad en lo que nos quede de vida. ¡Como sería mi caso!

Un Régimen, repito, que solo es posible lograrlo mediante la creación de miles y miles de desempleados a los que luego, graciablemente, les asignarán una subvención de miseria o les buscarán trabajo a tiempo parcial en uno de esos muchísimos chiringuitos de ideología afín creados al efecto. Lo que significa que si no puedes vivir (en lo económico) con la miseria que te ofrezcan los social-comunistas, ni tampoco te es posible vivir (en lo moral) dentro de uno de esos chiringuitos que aseguran, por ejemplo: “el contacto con el hombre produce cáncer en la mujer” (estos días se han dicho cosas muy semejantes), la única opción que te queda es la de convertirte en un expatriado a la venezolana o a la cubana. O dicho más a lo bestia: Largarte a toda leche de España y deambular por medio mundo hasta encontrar un lugar donde te dejen vivir con alguna dignidad. Una situación, por supuesto, que sobre todo afectará a nuestra juventud.

Y de vuelta a los polis malos, ¿a qué esperáis para reuniros y hablar de todas estas cuestiones que tanto daño le hacen a España? Porque, a lo que se ve, ni Vox manifestándose delante de los ayuntamientos, ni el PP dejando caer la absurda promesa de que lo parará todo en el Congreso, parecen ofrecernos algo más que la posibilidad de rascarnos la barriga si nos da un ataque de tos. Amigos, menos manifestaciones callejeras y aún menos promesas grandilocuentes en el Congreso, pensad en darle prioridad a lo realmente práctico: estrecharos las manos en un terreno neutral y hablar, con la máxima concentración de vuestro intelecto, de lo único importante: ¿Cómo se asegura que España sobreviva?

En cuanto a Ciudadanos, prefiero no decir nada en este momento. Ya cuentan con suficientes problemas internos.

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