El delirio nacionalista que Rajoy es incapaz de reprimir

La excelente caricatura de Artur Mas, que publicamos agradeciendo la cortesía del blog Bengalas, curiosamente se publicó cuando el convergente visitaba tierras norteamericanas, cuyo Departamento de Estado ha declarado en varias ocasiones que en Cataluña no se cumplen los derechos humanos en el tema de la lengua.

En el título es obligado incluir a Rajoy, ya que se trata del máximo responsable, por dejadez manifiesta, a la hora de frenar un delirio nacionalista que no tardará en adentrarnos en un ¡sálvese el que pueda! Veamos, si partimos de la base de que Mariano Rajoy es el presidente del Gobierno de España (hay quien lo pone en duda y habla solo de un simple rumor) y que su partido dispone, además, de sendas mayorías absolutas en el Congreso y el Senado, a qué espera este hombre para actuar contra las comunidades rebeldes y manirrotas cuyos dirigentes no paran de practicar fechorías desestabilizadoras no solo en lo económico, sino también respecto a una cohesión institucional tan necesaria.

Da la sensación de que Rajoy viviese en Babia y no se enterara de nada, pero estoy convencido de que no es así, puesto que debe llegarle información más que suficiente, y por lo tanto deduzco que, simplemente, nos hallamos ante un político acobardado y dispuesto a esperar a que el paso del tiempo lo arregle todo. Y esa actitud, se mire como se mire, entra de lleno en la mayor de las incapacidades para gobernar una gran nación como es España, que anda ahora deshilachada de punta a punta. A continuación, nuevos ejemplos de irregularidades nacionalistas en Cataluña que, por sí solos, bastarían para suspender la Autonomía mediante el uso del artículo 155 de la Constitución:

Al mismo tiempo que Artur Mas le pide a la Caixa un crédito urgente de 500 millones de euros porque no tiene ni para pagar las nóminas, decide convocar una nueva ronda de subvenciones (¡otra más!), esta vez por importe de 9,5 millones de euros, para la prensa escrita en catalán. Como en anteriores ocasiones, los medios que utilizan el español no podrán acceder a las ayudas. De estas dos noticias entrelazadas es posible deducir lo siguiente:

1) Lo más probable es que el crédito a La Caixa no lo pague nunca la Generalidad y la entidad financiera, aburrida pero temerosa de vete a saber qué represalias, acabe por condonarlo. Lo que significa que lo pagaremos entre todos los españoles si se considera que dos tercios del negocio bancario lo posee La Caixa fuera de Cataluña. O sea, en el resto de España.

2) En el supuesto de que uno fuese partidario de las subvenciones, y desde ya mismo declaro que no puedo estar más en contra de cualquiera de ellas, no deja de ser una discriminación tremenda que cada dos por tres solo haya dinero para los medios publicados en catalán. Un dinero que a la hora de recaudarlo no tiene idioma, por supuesto. Luego aquí, se puede hablar con toda claridad de un 'Govern' tan totalitario como injusto que actúa arbitrariamente por razones ideológicas, razón más que suficiente, junto al rosario continuado de malversaciones, abusos, derroches y desacatos, como para suspender la autonomía.

3) Artur Mas alega reiteradamente que el 'Estado español' le debe dinero a Cataluña, y habla de dos partidas no satisfechas por el Estado, por un importe total de 970 millones de euros, destinados a infraestructuras y que se incluyeron para los años 2011 y 2012 en la disposición adicional segunda del Estatuto. Pues bien, sobre esa disposición adicional se pronunció ya el Tribunal Constitucional y dejó claro que no era vinculante. O dicho con otras palabras: Si el manirroto de Zapatero no tenía inconveniente en soltarle un pastón a unos nacionalistas que necesitaba como socios en el Parlamento, pese a lo cual incumplió el pago de 2011, que era mucho mayor, nada obliga ahora al gobierno del PP, según el TC, a seguir en la misma línea manirrota. Así, pues, por mucho que el nacionalista Mas lloriquee a todas horas sobre unos pájaros volando, no por ello existe la deuda que le reclama al Estado. Curiosamente, la Generalidad le debe 49 millones de euros al Área Metropolitana de Barcelona y pasa a tope del tema por más que le reclaman la cantidad. 

Ha surgido otra cuestión, denunciada nada menos que por el magistrado-titular del Juzgado de lo Contencioso-administrativo único de Lérida y su provincia, José María Aristóteles Magán, que mueve a pensar en el delirio continuado de los nacionalistas catalanes cuando de la lengua se trata. La fijación que tienen por erradicar el castellano o español de cualquier ámbito donde ellos decidan es de tal magnitud (véase el caso del catalán preferente en el Ayuntamiento de Barcelona), que invariablemente roza el desvarío más aberrante. Ahora les ha dado por introducir en la administración de Justicia, que por supuesto mangonean todo lo que pueden y así tienen el caso Palau de la Musica, un modelo informático que obliga a trabajar sólo en catalán. El abuso de la lengua cooficial es patente hasta en las carpetas y los sellos, así como el desprecio a las claras de la única lengua de conocimiento obligatorio en toda España, según la Constitución. La atención telefónica también es discriminatoria, por supuesto. Otra nueva razón para suspender la Autonomía catalana y poner orden en lo que no es más que una dictadura despreciable de una banda de delincuentes que viven para el desacato a las leyes. ¡Rajoy, espabila de una vez o estos 'nazi onanistas' serán nuestra perdición y desde luego la tuya!