Sesión de desacato de ayer en el pleno del Parlamento catalán |
Los partidos nacionalistas catalanes, CiU, PSC,
ERC, ICV-EUiA y Solidaritat, están pidiendo a gritos que les suspendan el Estatuto
de autonomía. A esas formaciones no les basta con alentar incansablemente al
separatismo, eso sí, unas más que otras, lo que sería una razón que por sí sola
bastaría para aplicarles el artículo 155 de la Constitución española. Tampoco
tienen bastante con que diversos miembros del gobierno de la Generalidad se vanaglorien
a todas horas acerca de su intención de persistir en el desacato a las
sentencias del Constitucional y el Supremo sobre el modelo educativo.
Se trata de unos
tribunales que, dicho sea para mayor escarnio de los que soportan el desacato,
solamente reconocen cuando les interesa a los nacionalistas, eludiendo así con
el mayor de los descaros el estado de derecho necesario para acercarse a la
democracia, un sistema político restaurado a partir de la Transición que en
Cataluña —¡pásmense!— aún no conocen. No, esta gente nacional-separatista vive alertando
de continuo sobre lo que denominan 'líneas rojas' que otros no pueden traspasar,
pero que ellos no dejan de traspasar permanentemente o pisotear con saña.
La última
actuación que entra de lleno en la actitud de desacato a las leyes,
protagonizada por los grupos políticos citados al inicio, ha consistido en reiterar la vigencia de las multas lingüísticas y hacerlo nada menos que en un
pleno del Parlamento catalán. Es decir, Ciudadanos y PP presentaron una propuesta para adaptar la Ley del
Código de Consumo a la legalidad establecida por la sentencia del Alto Tribunal
sobre el Estatuto, norma que en su redacción actual es la que permite multar a
cualquier comerciante por el uso de letreros en español. La propuesta fue
rechazada de plano bajo el argumento, según el portavoz de ERC, de que “La legitimidad del Parlamento autonómico
supera la del Constitucional”. Vamos, igual que si afirmase que un sargento manda más que un teniente coronel de Estado Mayor. Otros grupos añaden, además, que la iniciativa
del PP y Ciudadanos se formula para competir entre ellos en nacionalismo
español, curioso método de acusar a quien pide respeto a la ley de lo que el separatismo
perpetra en la más completa ilegalidad, por mucho que presuma de ella.
Por su parte
el PSC, teóricamente el menos radical de los partidos 'nazionanistas', ha
interpretado la intervención más contundente: su diputada autonómica, Judit
Carreras, ha calificado el debate de “absurdo e irresponsable” y ha
acusado a Ciudadanos y PP de “hacer demagogia”. Para Carreras, “no hay
conflicto lingüístico en el ámbito del consumo”, y ha alardeado de que fue el
PSC el que “impulsó” esta norma que ha considerado “absolutamente” respetuosa con los
derechos lingüísticos recogidos por el Estatuto. “Ustedes plantean un problema
donde no lo hay”, ha insistido.
En resumidas
cuentas: Está claro que el nacional-separatismo no tiene arreglo por sí mismo,
puesto que sus partidarios están cada vez más envalentonados al ver que
Rajoy se comporta en la misma línea de desidia que Zapatero, y solo cabe
aplicarles dos tipos de solución: Que desaparezca la Autonomía de una puñetera
vez o que se vayan de España antes de que lo llenen todo de porquería. Aún más
porquería, quiero decir. De esas dos soluciones apuntadas que sea la primera
que venga, pero que esto no dure más tiempo perjudicándonos tanto a todos los
españoles. Y si es la segregación de Cataluña la primera que llega, al menos no
nos culparán demasiado cuando luego se maten entre ellos.
PD: La razón de que escriba tan a menudo sobre el nacionalismo catalán, y me gustaría aclararlo para cualquiera que pudiera preguntárselo, es bastante sencilla: Lo considero el culpable de la mayor parte de los males que afectan a España. El nacionalismo catalán fue en su día, incluso, el inspirador de los nacionalismos vasco y gallego y en la actualidad influye no poco en unas taifas en rebeldía, como puedan ser Andalucía, Canarias, etc., actitud que de no remediarse podría adentrarnos aún más en la ruina económica y moral o en la fragmentación de nuestra patria común.
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De las dos soluciones que apuntas no veo ninguna factible, al menos a corto-medio plazo.
ResponderEliminarLa Autonomía no desaparecerá, porque a muchos no les interesa y a quienes podría interesarle no parece que tengan intención de hacer nada al respecto.
Tampoco creo que Cataluña llegue a separarse de España, pues a los nazionalistas tampoco les interesa dejar de vivir del victimismo y la sopa boba. Así que, por decirlo con palabras técnicas, estamos jodidos.
Tienes razón en lo que dices. Ahora bien, no por ello dejo de expresar un deseo. Y como digo, el primero que venga.
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