Representación de Rafael de Casanova cuando fue herido mientras recorría la muralla con el estandarte de Santa Eulalia para alentar a la defensa de Barcelona |
A los que consideran que esto del recelo contra España es algo que viene de
muy lejos y que como poco arranca del 11 de septiembre de 1714, quiero mostrarles
un documento revelador de que en esa fecha Barcelona luchaba "por la libertad de toda España".
Se trata del bando promulgado por los Tres Excelentísimos Comunes de Cataluña,
que serían algo así como la máxima representación colectiva de la época. Una representación
burguesa y si se quiere nada democrática (como todas las instituciones de
principios del XVIII), pero en cualquier caso con capacidad plena para decidir
sobre la guerra o la paz frente a las tropas que sitiaban Barcelona.
Pero antes es preciso aclarar que dicho bando fue atribuido durante un
tiempo a Rafael de Casanova, que ejercía de 'Conseller en Cap' (Alcalde) de
Barcelona y resultó herido levemente en una pierna unas horas antes de que se
promulgara, de ahí que no participara en su elaboración. En prueba de que la
herida de Casanova no fue muy grave o mortal, como a veces asegura el
nacionalismo para convertir en un mártir al personaje y así mitificarlo,
digamos que tan solo dos días más tarde de ser herido logró escapar disfrazado
de fraile del cerco de Barcelona y refugiarse en casa de su hijastro en Sant
Boi de Llobregat. Casanova fue amnistiado por el rey Felipe V en 1719, a quien no
tuvo ningún reparo en jurarle acatamiento. Más tarde se reincorporó en
Barcelona a su profesión de abogado y vivió sin que nadie le molestase hasta
1743. Murió con 83 años, lo que para la época suponía una edad muy avanzada. Podría
decirse, permítase la expresión, que fue un mártir muy longevo.
Otro personaje de la misma época, el catalán Antonio de Villarroel
(Barcelona, 1656) considerado uno de los militares más eficaces de su tiempo y
que mandó el ejército que se opuso a las tropas borbónicas en el cerco de
Barcelona, poco antes del último asalto dirigió a sus hombres la siguiente
arenga: "Señores,
hijos y hermanos, hoy es el día en que se han de acordar del valor y gloriosas
acciones que en todos tiempos ha ejecutado nuestra nación. No diga la malicia
o la envidia que no somos dignos de ser catalanes y hijos
legítimos de nuestros mayores. Por
nosotros y por toda la nación española peleamos. Hoy es el día de morir o
vencer, y no será la primera vez que con gloria inmortal fue poblada de nuevo
esta ciudad defendiendo la fe de su religión y sus privilegios".
Barcelona: Bando del 11 de septiembre de
1714, a las tres de la tarde
"Se hace saber a todos generalmente, de parte de los Tres
Excelentísimos Comunes (1), considerando el parecer de los Señores de la Junta de
Gobierno (2),
personas asociadas, nobles, ciudadanos y oficiales de guerra, que separadamente
están impidiendo que los enemigos se internen en la ciudad; atendiendo que la
deplorable infelicidad de esta
ciudad, en la que hoy reside la libertad de todo el Principado y de toda España,
está expuesta al último extremo de someterse a una entera esclavitud.
Notifican,
amonestan y exhortan, representando así a los padres de la Patria que se
afligen de la desgracia irreparable que amenaza el favor e injusto encono de
las armas franco-españolas, haciendo seria reflexión del estado en que los
enemigos del Rey N.S., de nuestra libertad y Patria, están apostados ocupando
todas las brechas, cortaduras, baluartes del Portal Nuevo, Santa Clara, Levante
y Santa Eulalia.
Se hace
saber, que si luego, inmediatamente de oído el presente pregón, todos los
naturales, habitantes y demás gentes hábiles para el ejercicio de las armas no
se presentan en las plazas de Junqueras, Born y Plaza de Palacio, a fin de que
unidos con todos los Señores que representan los Comunes, se pueda rechazar a los
enemigos, haciendo el último esfuerzo, esperando que Dios misericordioso
mejorará la suerte.
Se hace
también saber, que siendo la esclavitud cierta y forzosa, en obligación de sus
cargos, explican, declaran y protestan a los presentes, y dan testimonio a las
generaciones venideras, de que han ejecutado las últimas exhortaciones y
esfuerzos, quejándose de todos los males, ruinas y desolaciones que sobrevengan
a nuestra común y afligida Patria, y extermine todos los
honores y privilegios, quedando esclavos con los demás españoles engañados y
todos en esclavitud del dominio francés; pero así y todo se confía, que todos
como verdaderos hijos de la Patria, amantes de la libertad, acudirán a los
lugares señalados, a fin de derramar gloriosamente su sangre y su vida
por su Rey, por su honor, por la Patria y por la libertad de toda España.”
Y
finalmente dicen y hacen saber, que si después de una hora de publicado el
pregón, no comparece gente suficiente para ejecutar la ideada empresa, es
forzoso, preciso y necesario hacer llamada y pedir capitulación a los enemigos,
antes de llegar la noche, para no exponer a la más lamentable ruina de la
Ciudad, para no exponerla a un saqueo general que profane los Santos Templos, y
al sacrificio de niños, mujeres y a los religiosos. Y para que a todos sea
generalmente notorio, que con voz alta, clara e inteligible sea publicado por
todas las calles de la presente ciudad.
Dado en la
casa de la Excelentísima Ciudad, residiendo en el Portal de San Antonio,
presentes los mencionados Excelentísimos Señores y personas asociadas, a 11 de
Septiembre, a las 3 de la tarde, de 1714".
Diputación
del General de Cataluña, Consejo de Ciento de Barcelona y Brazo Militar de
Cataluña.
§
(1)
Por los «Tres Comunes de
Cataluña»:
§
De la Diputación
del General de Cataluña: Francisco
de Perpiñá Sala y Sasala, Antonio Grases y Des,
y Tomás Antich y
Saladrich
§
Del Consejo de Ciento de Barcelona: Salvador Feliu de
la Peña, Francisco Anton Vidal, José Llaurador, y Gerónimo Ferrer
§
Del Brazo militar de
Cataluña: Francisco de Sayol y de Quarteroni
§
(2)
Por la «Junta de Gobierno y personas asociadas»: Salvador de Tamarit y de
Vilanova, Cristóbal Lledó y Carreras, Francisco Mascaró, Juan Llinàs, José
Duran y Mora, y Francisco Monnar
§
Oficiales
de guerra: Jacinto Oliver, Fèlix Monjo, Antonio Solá, y Francisco de Castellví y Obando
En resumen,
quien sea capaz de leer el documento con alguna limpieza comprobará que los
catalanes de 1714 si bien se erigieron en admirables defensores de su propia
libertad, amenazada por lo que consideraban el extremado absolutismo de los
Borbones, en ningún momento renunciaron a
pertenecer a España y a creerla su patria común. No fue, pues, una guerra de
independencia destinada a establecer lo que ahora se denomina Estado propio, ni
debería de considerarse como un precedente de ese alejamiento artificioso de la
Nación española que ahora se pretende.
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