lunes, 11 de noviembre de 2019

Lo siento por Ciudadanos


La debacle de Ciudadanos, al haber enviado a la abstención a muchos de sus electores, supone dejar sin opciones la formación de un gobierno de patriotas, que es lo realmente importante para afrontar la actual etapa de rebelión y violencia separatista contra la unidad de España, así como los numerosos actos de traición a sus valores por parte de un socialismo al que solamente le interesa el disfrute del poder y no duda en pactar en todas partes con los sediciosos.


Al mismo tiempo, lo siento por esa gente valiosa de Ciudadanos que ha perdido sus opciones políticas. Son al menos un par de docenas los personajes que echaremos de menos, comenzando por el liberal Juan Carlos Girauta, hacia el que siento especial simpatía desde que leía sus artículos en Libertad Digital y su libro “La eclosión liberal”, publicado en el 2006, donde se alude a ese mundo de blogs alojados por entonces en Red Liberal, bajo la tutela del gran Daniel Rodríguez Herrera, y entre los cuales se contaba Batiburrillo.

Cuando escribo estas líneas me entero de la dimisión de Albert Rivera, a quien considero responsable máximo de haber llevado a Ciudadanos por el peor de los caminos posibles: la ambigüedad. Es decir, esa centralidad pluscuamperfecta, aderezada de bandazos, que jamás llegó a ser carne o pescado y que solo sirvió para que ellos figurasen como unos distinguidos centristas alejados de todo mal. Y es que Rivera, cargadito de soberbia, llegó a creerse su propia fantasía como “Jefe de la Oposición”. Así, pues, bien hecho está si ha dimitido. Esperemos que ahora, si es cierto que en Ciudadanos nos encontramos ante un partido patriótico (no necesariamente estilo VOX), buena parte de sus militantes se pasen a la casa madre: el Partido Popular.

En resumidas cuentas, Ciudadanos no debió olvidar ciertas circunstancias ineludibles: La defensa de España no se logra mediante la ambigüedad calculada en los días pares, sino mediante la firmeza continuada ante las huestes de la anti-España y omitiendo todo tipo de desprecio "aristocrático" hacia VOX.

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