Fantoche: Acepción
2 del DRAE: Sujeto neciamente presumido. O sea, en
lenguaje del pueblo: “tonto los cojones y fantasmón”. Vamos, que vale lo uno y
lo otro para describir el comportamiento de Pedro Sánchez, quien en las últimas
horas no ha parado de soltar gilipolleces envueltas en despotismo (como esta y esta), peculiaridades
definitorias de un carácter vulgar tirando a barriobajero.
¿Y esta cosa rústica-mafiosilla
se supone que es el presidente del Gobierno de España? Se me contestará que
solo es el presidente en funciones, que lleva así año y medio y que,
probablemente, jamás llegará a ser el Presidente electo ni será capaz de lograr
que el Congreso le apruebe unos Presupuestos Generales del Estado.
Ahora bien, cómo es posible
que a este zangolotino cabizbajo (se mostró así a lo largo del debate en TV) no
le haya salido ya uno o dos rivales de envergadura para sustituirlo al mando
del PSOE. Es asombroso que ningún socialista medio decente, que alguno habrá,
no haya declarado su vergüenza hacia Sánchez al ver su repulsivo comportamiento
en el debate hacia los demás candidatos, a los que por más que insistieron dejó
de contestarles las preguntas más sustanciales, acerca del número de naciones
que hay en España o con quién pensaba formar gobierno tras las elecciones. Silencio
sepulcral a todo o, como mucho, gestos de desprecio en todas las direcciones.
Tras leer toda una serie de proyectos
ilusorios que guardaba en la chistera, como la
recuperación del delito para los que propongan referéndums ilegales, una ley que el
socialista ZP anuló de un plumazo nada más llegar al poder, la propuesta estrella
de este energúmeno consistió en exigir, así parecía su tono de voz, que para
solucionar el desbloqueo debía gobernar la lista más votada. Vamos, la suya,
que si es la más votada tal vez sea por los pelos. Se lo exigió así al resto de
los partidos, probablemente sin conocer que el PSOE había votado en contra
cuando lo propuso el PP un par de años antes y Sánchez inició su campaña del NO
es NO.
En resumen, ahora mismo no
soy capaz de encontrar a un candidato menos válido que Pedro Sánchez, ni a un
partido político que haya gobernado tantos años en España, como es el PSOE, que
merezca menos que se le vote. De sus siglas, solo vale la P de Perico el Largo,
porque ni es socialista, ni obrero y, ante todo, no es Español.
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