Aunque no lo
demuestre en público, no hay ninguna duda de que el rey Felipe VI está hasta la
coronilla de que Sánchez usurpe sus funciones y le extorsione de continuo. Y es
que, como Falconetti va de “sobrao” a la hora de dar por hecha su candidatura, este
pájaro debe juzgar inimaginable que él no sea el designado por el Rey para la
investidura en el Congreso. Pero si el asunto se analiza con la suficiente
profundidad, hay sobradas razones para entrever que podría ser otro político el
escogido por el monarca. Vean algunas de esas razones:
1.- Nada obliga
al Rey a que sea el jefe socialista el designado, ya que en la elección en el
Congreso hay casi una veintena de partidos políticos que decidirán al respecto
y que suman 350 escaños. Y el PSOE de Sánchez tan solo dispone de 120 diputados.
Simplemente, el Rey valorará las posibilidades de uno y otro candidato. No creo
que se conforme sin más cuando Sánchez le diga: “Aún no dispongo de los 176 votos,
pero estoy seguro de que los conseguiré”.
2.- No se olvide
que Pedro Sánchez ha contado ya con tres oportunidades para ser elegido
presidente. Y las tres ha fracasado, razones más que suficientes para que el Rey escoja a otro candidato. Y además, hoy en día Sánchez tampoco cuenta con el
apoyo necesario de los separatistas, que le exigen unas condiciones que él no
puede aceptar ni siquiera en secreto. De ahí que el Rey, según radio macuto,
esté valorando la posibilidad de considerar a otra persona, incluso del mismo
partido, para darle dos o tres semanas de tiempo a fin de que negocie los
apoyos suficientes en una coalición de distinto signo.
3.- Porque la
coalición que prepara Sánchez es un auténtico horror para los intereses
generales de España, ya que tanto los comunistas de Podemos como los diversos
partidos separatistas ponen su mayor interés en cambiar el régimen actual para
implantar la república confederal, si, con-fe-de-ral, lo que supone la fragmentación
de la Nación española en unas cuantas republiquitas-nación. Y en tal
circunstancia, lo primero que se hace es derribar la Monarquía para, de
inmediato, que el doctor Fraude se proclame presidente de la República.
4.- Por si no fuera
suficiente el enorme peligro que representa para la Nación el nuevo Frente Popular
que se nos viene encima, estoy convencido de que Felipe VI valora de igual modo
la continuidad de la Corona. Razón más que sobrada para no secundar a ese
partido chantajista con su dinastía en que se ha convertido el social-sanchismo.
Es decir, no transigiré a tus amenazas de referéndum amañado sobre monarquía sí
o monarquía no, ya que si ahora transijo sé que a corto plazo me aguarda el
destierro.
5.- Con todo los
expuesto, lo más útil para España y para la permanencia del propio Rey, es que éste
designe a otro candidato menos traidor, incluso del propio PSOE, que negocie
con la derecha los apoyos necesarios a fin de crear un gobierno de coalición
que dé como resultado una legislatura mucho menos revolucionaria y alejada de
esa economía depredadora que Pedro y Pablo pretenden. De tal modo, que no sería
de extrañar un Gobierno presidido por Borrell, por ejemplo, donde se integrasen
algunos ministros del PP y Ciudadanos. Y eso en el supuesto de que Vox quisiera
mantenerse al margen, lo que podría ser considerado como un error si se tiene
en cuenta que la citada coalición al completo contaría con más de dos tercios
de los diputados para hacer las reformas necesarias.
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