viernes, 22 de noviembre de 2019

Es el Rey quien debe proponer el candidato y tal vez no sea Sánchez


Aunque no lo demuestre en público, no hay ninguna duda de que el rey Felipe VI está hasta la coronilla de que Sánchez usurpe sus funciones y le extorsione de continuo. Y es que, como Falconetti va de “sobrao” a la hora de dar por hecha su candidatura, este pájaro debe juzgar inimaginable que él no sea el designado por el Rey para la investidura en el Congreso. Pero si el asunto se analiza con la suficiente profundidad, hay sobradas razones para entrever que podría ser otro político el escogido por el monarca. Vean algunas de esas razones:


1.- Nada obliga al Rey a que sea el jefe socialista el designado, ya que en la elección en el Congreso hay casi una veintena de partidos políticos que decidirán al respecto y que suman 350 escaños. Y el PSOE de Sánchez tan solo dispone de 120 diputados. Simplemente, el Rey valorará las posibilidades de uno y otro candidato. No creo que se conforme sin más cuando Sánchez le diga: “Aún no dispongo de los 176 votos, pero estoy seguro de que los conseguiré”.

2.- No se olvide que Pedro Sánchez ha contado ya con tres oportunidades para ser elegido presidente. Y las tres ha fracasado, razones más que suficientes para que el Rey escoja a otro candidato. Y además, hoy en día Sánchez tampoco cuenta con el apoyo necesario de los separatistas, que le exigen unas condiciones que él no puede aceptar ni siquiera en secreto. De ahí que el Rey, según radio macuto, esté valorando la posibilidad de considerar a otra persona, incluso del mismo partido, para darle dos o tres semanas de tiempo a fin de que negocie los apoyos suficientes en una coalición de distinto signo.

3.- Porque la coalición que prepara Sánchez es un auténtico horror para los intereses generales de España, ya que tanto los comunistas de Podemos como los diversos partidos separatistas ponen su mayor interés en cambiar el régimen actual para implantar la república confederal, si, con-fe-de-ral, lo que supone la fragmentación de la Nación española en unas cuantas republiquitas-nación. Y en tal circunstancia, lo primero que se hace es derribar la Monarquía para, de inmediato, que el doctor Fraude se proclame presidente de la República.

4.- Por si no fuera suficiente el enorme peligro que representa para la Nación el nuevo Frente Popular que se nos viene encima, estoy convencido de que Felipe VI valora de igual modo la continuidad de la Corona. Razón más que sobrada para no secundar a ese partido chantajista con su dinastía en que se ha convertido el social-sanchismo. Es decir, no transigiré a tus amenazas de referéndum amañado sobre monarquía sí o monarquía no, ya que si ahora transijo sé que a corto plazo me aguarda el destierro.

5.- Con todo los expuesto, lo más útil para España y para la permanencia del propio Rey, es que éste designe a otro candidato menos traidor, incluso del propio PSOE, que negocie con la derecha los apoyos necesarios a fin de crear un gobierno de coalición que dé como resultado una legislatura mucho menos revolucionaria y alejada de esa economía depredadora que Pedro y Pablo pretenden. De tal modo, que no sería de extrañar un Gobierno presidido por Borrell, por ejemplo, donde se integrasen algunos ministros del PP y Ciudadanos. Y eso en el supuesto de que Vox quisiera mantenerse al margen, lo que podría ser considerado como un error si se tiene en cuenta que la citada coalición al completo contaría con más de dos tercios de los diputados para hacer las reformas necesarias.

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