lunes, 4 de noviembre de 2019

Mi impresión tras revisar las encuestas de hoy: Se precisa un milagro


Todo apunta a que ninguno de los dos bloques sacará una mayoría de gobierno en España. Aún así, el que lo tiene mejor es Pedro Sánchez, que podría ser nombrado presidente con la ayuda de los separatistas catalanes y vascos y el respaldo comunista-podemita. Esta última opción, conocida como Frankenstein 2, está claro que no gusta a casi nadie, sobre todo en esa Europa donde los partidos nazis y comunistas son ilegales al conocer de sobras, en sus propias carnes, cuán opresivos y tiránicos pueden llegar a ser.


También son ilegales los que dicen a las claras que su fin es la escisión de una parte del Estado, sea en Alemania o en Francia, por ejemplo. La única excepción (la partición de Checoslovaquia fue un caso muy distinto) apunta hacia el Reino Unido, donde ya se celebró un referéndum de independencia en Escocia y ahora los escoceses piden otro nuevo, que es lo normal en estos casos: Un referéndum tras otro hasta que consiguen ganar, momento en el que, ya independientes, se agotaron todas las opciones plebiscitarias. La respuesta que les ha dado el rarito Boris Johnson es que este tipo de consultas son válidas para una generación entera, como poco, de modo que no permitirá nuevas consultas para satisfacer el capricho escocés de votar los lunes, miércoles y viernes. Punto.
   
Y volviendo a España, corren rumores procedentes del PP en el sentido de que estarían dispuestos a formar una gran coalición PSOE-PP, que podría alcanzar los 220 diputados y permitiría cambiar determinadas leyes que se han mostrado nefastas sin contar con el habitual chantaje catanazi o euskonazi. Leyes como la de Educación (que evitara el adoctrinamiento y la inmersión lingüística), la Electoral (que dejara de primar a ciertas minorías separatistas en sus regiones), la de Sanidad (que permitiera la atención de cualquier español en toda España), la de Seguridad (que unificara las diversas policías y todas ellas respondieran ante la misma Autoridad), entre otras muchas normas que deben ser mejoradas. Pero algo así podría considerarse el inicio del milagro.

Un milagro que debería continuar, aumentado y corregido, si se consiguiera que prosperara la propuesta del PP: “Conforme con la gran coalición, pero si Pedro Sánchez no preside el Gobierno. Deberá ser otro socialista si el PSOE saca más diputados que nosotros”. A lo que uno se pregunta: ¿Si el déspota Sánchez forzó una nuevas elecciones porque quería gobernar en solitario, cómo le sentaría la opción de no gobernar con nadie y quedarse como simple diputado de a pie? Luego el milagro electoral, esta vez auténtico, consistiría en que las derechas sumasen 176 escaños. Y al parecer les falta más de una docena. Oremos.

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