No me refiero a ilegalizarlos
judicialmente, que sería poco menos que imposible puesto que los socialistas, a
juzgar por la benigna sentencia a los golpistas catanazis, también controlan
los tribunales superiores autonómicos, el Supremo y el Constitucional. Un control
que asimismo se advierte tras comprobar cómo se ha demorado una sentencia de
los Eres que estaba preparada desde mediados de octubre y que se retrasó
aposta, alegando poco menos que al técnico de informática le dolía el pelo.
¿Qué hubiera
pasado si unos días antes de las elecciones generales del 10 de noviembre,
pongamos el martes 29 de octubre, se hubiera conocido la primera de las
sentencias sobre el saqueo socialista en Andalucía? Y digo la primera, porque
hay otras ciento y pico de piezas sobre los Eres, además de un nuevo latrocinio
generalizado en el tema Faffe, sin olvidarnos de ciertas empresas
públicas, como Idea, al servicio de los mangantes sociatas y acusada de
ser la segunda línea de defensa en la corrupción, o bien Invercaria, sociedad
aún más especializada, si cabe, en ocultar pringue e irregularidades “progresistas”.
¡Ah!, y chiringuitos a cientos, todos ellos subvencionados para presumir del “¡to
p’al pueblo!”, pero en realidad destinados a la compra de votos. Y es que 37
años de régimen dan mucho de sí para corromper hasta las piedras.
Repito la
pregunta: ¿Qué hubiera pasado si la sentencia de los Eres hubiera salido
antes de las elecciones? Probablemente que el PSOE de Sánchez no hubiera
llegado ni a los 80 y pico diputados con que contaba cuando planteó la moción
de censura a Rajoy. Y no lo lamento por Rajoy, que donde mejor está es en su
casa, sino por esos cientos de miles de ciudadanos de a pie que por inercia votan
socialista sin beneficiarse personalmente y que, en cuanto conoces a unos
cuantos de ellos, como es mi caso, te das cuenta de que realmente son muy buena
gente, con tendencia a noblotes, pero siguen convencidos de que lo mejor es
votar al partido que ofrece “progreso” y “reparto igualitario de la riqueza”.
Cuando la verdad
es que el progreso y el reparto nunca sobrepasa el ámbito de los beneficiados de
siempre. De ahí que, sin ánimo de despreciar a nadie, tienda a creer que muchos
votos llegan al PSOE envueltos en ingenuidad, en pereza a la hora de informarse
bien, o tal vez, en el mejor de los casos, en una horrorosa tradición familiar que
obliga a votar a la izquierda y que ya va siendo hora que rehúyan, ahora con
más motivo. Así, pues, la forma de ilegalizar al PSOE, sin mediación judicial
alguna, es poner al social-sanchismo en su sitio: El fracaso en las urnas. Debe
intentarse si Sánchez no logra formar gobierno con la ayuda de otro tipo de
corruptos, los opresivos catanazis y euskonazis.
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