miércoles, 9 de diciembre de 2015

A la larga, un empadronamiento, un voto (517)

Este es el año más decisivo para unas elecciones generales desde que recobramos la democracia. Por primera vez hay dos partidos nuevos, de carácter o implantación nacional, con opción de convertirse en bisagra, lo que determinará que los consabidos partidos nacional-separatistas lo tengan más difícil a la hora de practicar el chantaje político, tal y como han venido haciendo desde 1978 cada vez que uno de los partidos grandes PP o PSOE no ha sacado mayoría absoluta. Así pues, todo apunta a que el contador se pondrá a cero en este 20-D y que dentro de pocos días veamos cuál es el nivel de sentido común de los españoles.

Estos días en sus mítines el socialista Pedro Sánchez no ha parado de enumerar a grito pelado unas cuantas leyes aprobadas en la era ZP, e incluso alguna de cuando gobernaba Felipe González. Al final, desgañitándose, el ahora candidato ha venido afirmando que los socialistas no aceptan ninguna lección de nadie. ¡Ninguna!, ha gritado Perico. Bien, pues yo diría que de esa relación de leyes socialistas no vale la pena conservar nada o casi nada, porque todas o casi todas son espantosas y en su momento se aprobaron para que la izquierda sacara provecho de ellas. Provecho no para los españoles en su conjunto, sino solamente para una izquierda que, sobre todo ZP, quería mantener contenta y asilvestrada. En el siguiente artículo podemos ver una de esa leyes maravillosas y solidarias que el socialismo aprobó.


Por qué razón debe un ayuntamiento empadronar a un ‘sinpapeles’ si al hacerlo se inicia un sinfín de gastos (y de riesgos a cual más grave) que debemos pagar (o asumir) entre todos los españoles: Sanidad, educación, transportes, servicios sociales, alojamiento, manutención, incremento de la delincuencia, etc., etc. ¿Por solidaridad? ¡Falso! ¿Por necesidad de una mano de obra que acabará regularizada? ¡Más falso todavía!

Debe hacerse, y así lo explica este gobierno de socialistas y menesterosos intelectuales (valga la redundancia), simplemente porque la ley lo exige. Una ley pensada con el dedo gordo del pie izquierdo, que es la parte instruida de todo marxista, y destinada a crear artificialmente, a medio plazo, tres o cuatro millones de votantes del PSOE, partido político que ha venido experimentando, desde el año uno de su fundación, la angustiosa necesidad de asaltar el poder o mantenerse en él, no importa qué método se utilice para ello. Eso sí, a condición de que sean otros los que paguen las consecuencias. ¡Porca miseria!

Que quede claro: Si realmente se quiere actuar con solidaridad hacia esos cientos de miles de ‘sinpapeles’ (por no hablar de millones), muchos de ellos destinados a pasar media vida en la marginación más absoluta o a practicar la delincuencia como único recurso de supervivencia, lo mejor sería no ya negarles el empadronamiento, sino directamente impedirles la entrada en España e iniciar al mismo tiempo una política realmente seria de mano de obra regularizada, puesto que no siempre tendremos a Zapatero ejerciendo de Atila social y por lo tanto es de esperar que el empleo se incremente alguna vez.

La política que debe seguirse es aquella según la cual el emigrante disponga de un permiso de trabajo antes de que salga de su país de origen y de ese modo sepa que al llegar aquí será un trabajador más, no carne de socialismo como es ahora. En resumidas cuentas, que quede claro igualmente que la ley zapaterina que obliga al empadronamiento es la típica ley inmoral, como tantas otras, envuelta en falsedad propagandística de justo lo contrario a lo que argumenta: Solidaridad.


Artículo revisado, insertado el 21 de enero de 2010 en Batiburrillo de Red Liberal

2 comentarios:

  1. Anónimo21:39

    Es muy curioso, ellos dan nacionalidades a los inmigrantes pensando en los votos y luego resulta que una parte importante de los inmigrantes vienen de sitios castigados por el marxismo y votan a la derecha.

    Pero al fin y al cabo son el ppsoe, la vieja casta y por tanto todo que en familia. Y ahora viene la nueva casta, también de la familia.

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    1. No es solo el empadronamiento, también son las subvenciones, la ley educativa, la Educación para la Ciudadanía, etc, etc. Todo eso a los emigrantes los convierte en gente deseosa de que gane el PSOE, es decir, a los emigrantes los convierte en "cautivos".

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