El Archivo de la Guerra Civil Española, cuyo nombre no deja de hacer cierta gracia porque da la sensación de que solamente hayamos tenido una guerra civil en España, cuando en realidad fueron seis guerras civiles y dos intentonas en poco más de un siglo (1822-1939), y eso sin contar las etapas revolucionarias violentas, valga la redundancia, como las que organizaron siempre las izquierdas en España, por ejemplo la de octubre de 1934. Sea como sea, una o mil guerras civiles, lo cierto es que el Museo de Salamanca cuya fachada se contempla parcialmente en la imagen, parece destinado, como se acredita en el artículo, a satisfacer esa horrorosa y arbitraria ley zapaterina conocida como de 'Memoria Histórica'. |
En este reencuentro con Batiburrillo tras mis breves
vacaciones, voy a escribir de algo que he comprobado directamente en una de las
poblaciones donde tuve la fortuna de recalar: Salamanca. Pero antes debo anotar
que la ciudad me ha perecido tan deslumbrante como majestuosa, además de muy cuidada
y con un ambiente festivo, muy alejado de la delincuencia, donde se me han
pasado en un suspiro los ocho días que he usado en pateármela. Sí, Salamanca es
una de esas ciudades de tamaño medio que ningún mortal amante de la cultura y
el arte debe dejar de visitar. Y si es posible tomarse su tiempo para ello.
Encontrará allí docenas y docenas de razones en forma de palacios, edificios
notables y museos con los que extasiarse en su contemplación. Yo no conocía Salamanca,
de ahí mi escapada desde Murcia. Y os aseguro que vuelvo más que satisfecho.
Ahora bien, uno de los museos de
Salamanca ofrece una muestra de la obsesión zapaterina por transformar nuestra
historia reciente y convertir en héroes o mártires a un puñado de canallas que
a menudo incurrieron en los más graves delitos. Me refiero a ciertos personajes
de la II República y la Guerra Civil que hoy han sido transformados en ídolos a
través de esa ley nauseabunda conocida como ‘Memoria Histórica’, la cual suele
omitir sistemáticamente la parte criminal de las ‘figuras’ que ensalza. El
museo de Salamanca a que me refiero no es otro que el ‘Archivo General de la
Guerra Civil Española’, rebautizado por obra y gracia del sectarismo de ZP en
‘Centro Documental de la Memoria Histórica’. Es decir, en un foco apologético
de la izquierda delincuente o violenta, cuando no de la ideología que la
sustenta.
Pues bien, en el citado centro pude advertir tres
zonas accesibles al público, cuya libre entrada no dejó de ponerme la mosca
sobre la oreja y obligarme a que me formulara esta pregunta: ¿Qué querrán que
veamos para dejar que entremos de balde? Casi de inmediato me llegó la
respuesta. Las áreas de libre acceso eran: Una exposición denominada ‘Retratos
desde la prisión’, una sala de proyecciones cinematográficas y una recreación,
con material original incautado durante la guerra, de una logia masónica. Hasta
aquí todo normal, o casi, puesto que en los tres recintos podían contemplarse
ciertas secuelas, documentos, enseres o testimonios de la Guerra Civil.
Lo primero que me llamó la atención es que en la
sala de proyecciones se emitiese un documental de lo más apologético sobre la
masonería, donde a los miembros de esa actividad secreta (nada de discreta) se
les describía poco menos que como a uno santos y, en cualquier caso, se les
adjudicaba siempre un marcado temperamento filantrópico. Al final de la
proyección se invitaba a visitar el salón masónico contiguo y allí que me
dirigí, donde igualmente pude comprobar que, entre piropos continuados a la
masonería, la megafonía iba explicando el significado
de cada uno de los símbolos exhibidos.
En cuanto a la zona de exposición ‘Retratos desde
la prisión’, que corría a cargo de dos dibujantes encarcelados al finalizar la
guerra, Antequera Azpiri y Álvarez Flores, en el programa se indicaba que el
segundo ‘sería fusilado en julio de
1940’ y el primero puesto en libertad en 1943. Lo que
no se dice, encontrándonos una vez más con esa memoria sesgada de los
propagandistas que ahora mandan (año 2010), es que el capitán David Álvarez Flores, además
de un dibujante de la época, fue
el ayudante del coronel Ortega, reorganizador del S.I.M. (Servicio de
Información Militar), un organismo que puso al servicio de los estalinistas a
varios miles de sicarios encargados de torturar y asesinar a infinidad de personas
inocentes previo paso por las checas. Y Álvarez Flores, conviene recordarlo
puesto que se omite en los carteles de la exposición, fue uno de los máximos responsables de semejantes atrocidades aun
cuando sólo se diga de él que acabó fusilado. A estos sinvergüenzas que han
organizado la exposición solamente les ha faltado decirnos que el tal Álvarez
acabó ejecutado porque a alguien no le gustaban sus dibujitos.
La Wikipedia, página que no se dedica
precisamente a dorarles la píldora a las derechas, describe
de este modo los métodos del S.I.M:
Pocos meses después de su creación, ya fuera del
control del ministro de Defensa, [el S.I.M.] disponía de 6.000 agentes con un
presupuesto de 22 millones de pesetas, de las de entonces. También tenía
cárceles y campos de concentración propios.
Sus objetivos no eran solo los elementos
«fascistas», o los espías de los sublevados. También se dedicó a perseguir a
todos los que consideraba enemigos de los comunistas, como los troskistas,
anarquistas, cristianos, etc.
Influido por Alexander Orlov, el SIM utilizaba
los mismos métodos de tortura que la NKVD: celdas en las que casi no cabía una
persona, ruidos y luces fuertes, baños helados, etc. La mayoría de sus jefes
locales se mostraban brutales.
Fue el responsable del asesinato de varios reclutas republicanos y, en Barcelona, de más de 40 personas (sobre todo anarquistas) que habían criticado al PCUS. En la primavera de 1938 obtuvo la lista de todos los falangistas que actuaban en Cataluña. Detuvieron a 3.500 personas, a las que, tras los interrogatorios y torturas, hallaron culpables de espionaje.
Artículo elaborado en junio de 2010
ResponderEliminarEs lo que tienen las medias verdades, por eso hay que contarlas enteras, porque si uno no dice nada está fomentando la mentira. Por tanto haces bien en contar toda la historia, aunque los lectores del blog, comparados con la población de España, sean insignificantes.
Me sorprende que esperes a los resultados para saber si sufrirás otros cuatro años. Yo lo tengo muy claro, sufriré y dada mi edad, seguramente no dejaré de sufrir. Si tuviera 30 años, tendría esperanza de tener alguna vez un gobierno decente.
Pacococo
Espero a los resultados porque no es lo mismo una coalición entre PSOE-Podemos-Compromís-ERC y cualquier grupúsculo que haya sacado 1 diputado suelto, pongamos Bildu o similar, que otra coalición entre PP y Ciudadanos, que a mucha gente aún le gustará menos pero yo la prefiero mil veces.
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