En el asunto de
la lengua “propia”, lo de propia es un decir bastante compasivo, a los
catanazis les está saliendo el tiro por la culata. Es normal, desde que esos raritos viven en el
delirio nunca han sido conscientes de que desean exterminar de “su” territorio a
uno de los idiomas más potentes del mundo, el español.
O dicho de otro
modo, si la lengua rival del catalán fuese el urdú pakistaní de unos emigrantes
relativamente recientes en Barcelona, por poner un ejemplo sencillo, a estas
alturas ya no quedaría ni rastro de urdú, pero es que da la casualidad de que
el entonces castellano se asentó con gran fuerza en Cataluña hacia el siglo
XIV, y desde entonces no ha parado de crecer y de ocupar espacios
correspondientes a la cultura, hasta el punto de que dos tercios de los
escritores catalanes aún publican en español.
A lo máximo que
pueden aspirar hoy en día los catanazis es a marginar de cualquier ámbito oficial
a los que se expresan en español, para lo que no dudan en utilizar todo tipo de
sanciones, pero de ahí a lograr su malsano propósito de echar de Cataluña a ese
53% cuyo idioma materno es el castellano, hay un verdadero abismo insondable.
Será cuestión de esperar a que haya un gobierno decente en Madrid, no como el
de ahora, que tome las medidas adecuadas para meter en vereda a tanta hiena
catanazi.
Abunda en el
tema un informe muy interesante publicado hoy en El Mundo, elaborado por Leyre Iglesias, donde nos ofrece unos datos que incluso
resultan asombrosos. Iglesias habla, en primer lugar, del pastón de dinero
público que se lleva “Plataforma per la llengua”, la asociación que se ha
dedicado a espiar a los niños y los profesores para conocer en qué idioma
hablan en los patios de los colegios. Comenta Iglesias que la llamada “ONG
del catalán”, uno de cuyos miembros más destacados en la cuñada de Quim Torra,
Rut Carandell, ha recibido un total de 4,2 millones de euros en seis años. ¡Arza
Pilili, así cualquiera se convierte en liberticida, pensara ella!
Por si lo
anterior no fuese lo suficiente significativo, en el sentido de que el nacionalismo
es más un negocio que una ideología, la periodista de El Mundo concluye con
unos datos escalofriantes, sacados del propio informe de esa ONG que, al parecer, se
encuentra al borde del ataque de nervios. Según dicho informe, el idioma de los
niños fuera de las aulas se da en los porcentajes siguientes: “el uso
del catalán es del 35%
en los patios de Primaria y del 14,6% en los institutos, donde ni una cuarta parte de
las conversaciones se desarrolla en este idioma”. ¡Lo dicho, el tiro por
la culata! A menos que… se haya amañado el informe muy a la baja para pedir más
dinero, lo que tampoco sería de extrañar puesto que se trata de una asociación
de malhechores.
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