domingo, 4 de agosto de 2019

Segunda República Española (13)


Comento hoy un artículo de Rafael Torres Mulas, escritor y periodista que publicó en 2012 un libro muy interesante titulado “1931, biografía de un año”, donde día a día inserta noticias, artículos o editoriales destacados de esas fechas. Un ejemplo podría ser el editorial del diario Ahora, del 14 de abril de 1931, cuya redacción Torres atribuye al gran Chaves Nogales, subdirector del medio. Rafael Torres ha colaborado en El Mundo, Interviú, RNE y Tele5, y además ha publicado nada menos que 15 libros con muy buena pinta, entre los que predomina la temática republicana o franquista, eso sí, desde un punto de vista de izquierdista moderado, al menos en lo que le he leído.


Escribe Rafael Torres:
Todavía a las diez de la mañana del día 14 de abril, cuando la Segunda República española era ya una realidad presente y la monarquía borbónica una sombra del pasado, el aún rey recibía en palacio a los ministros de dos en dos, a fin de aligerar el trámite inútil y poder centrarse en lo sustancial, que era para él, aquel día, salir de naja.
Ya había un Gobierno Provisional que se ocupaba de recoger pacíficamente, sin espasmos innecesarios e inconvenientes, el poder que aún detentaba la corona y administraban, es un decir, sus instituciones, que pasaban a serlo verdaderamente del Estado español, constituido en república. Ya había un gobierno de gente ilustre e ilustrada, recién salida de la cárcel o de sus escondites (Maura, Alcalá-Zamora, Azaña, Lerroux, De los Ríos, Largo, Domingo, Casares, Prieto y Albornoz), y el señor Montiel, director-propietario de Ahora, tenía ante sí la tarea de adaptarse a los tiempos, ya no, al parecer, huracanados como él temía por el caos revolucionario.

En la mañana del día 14, martes, cuando en Eibar, en Barcelona y en algunos lugares más se había proclamado la Segunda República entre el júbilo popular, el editorial del periódico ya no expresaba ni defendía su fe indesmayable en los Borbones, sino, antes bien, casi al contrario. Lo escribió, seguramente, el subdirector Chaves Nogales:

“La jornada electoral del domingo se caracteriza por un hecho indudable: la victoria de los candidatos republicanos. Ante este hecho es pueril hacer cubileteos con las estadísticas: una mayoría de los electores se ha pronunciado por las candidaturas republicanas. Quizá muchos de los votos que aparecen como republicanos sean más bien votos de protesta contra la dictadura; quizá hayan imperado en ellos más razones negativas que motivos positivos; pero hay que reconocer que la votación republicana tiene una brillantez que sus adeptos más entusiastas no se hubieran atrevido a esperar.

Hay que aceptar que la votación del domingo sitúa en un plano distinto el problema político español, tal como se halla planteado desde la caída de la dictadura. Vivimos momentos difíciles, en que el porvenir se aparece como un enigma. Hasta ahora, nada garantizaba que las fuerzas revolucionarias tuviesen la suficiente capacidad constructiva para evitar que, rotos los resortes tradicionales, la nación se perdiese en un caos informe. Hoy es un síntoma consolador la disciplina y el orden con que unos y otros han acudido a las urnas […]. Si esta serenidad y esta disciplina siguen imponiéndose y no salen sueltas y desaforadas por ahí las pasiones, todavía puede ser la jornada del domingo la iniciación de una época nueva en la historia de España”.

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