A riesgo de ser
acusado de recalcitrante, lo que en el presente caso supondría ganar una
medalla, quiero afirmar una vez más que nunca ha habido socialismo bueno y que
el de ahora, encabezado por un farsante que solo piensa en sí mismo, es de la
peor especie y de lo más dañino para la integridad de España y la prosperidad de
los españoles.
Ahora bien, si uno
está convencido de que lo anterior es cierto, ¿qué objetivo debe fijarse?:
Echar a Pedro Sánchez del poder, para lo que debe difundir cuanto pueda esa misma
idea entre sus amistades y conocidos. Porque si el PSOE y sus propagandistas
dan asco cuando gobierna la derecha, cuando es la izquierda la que posee el
poder entonces solo gobierna para los de su camarilla y no puede estar más claro que su
mayor deseo es mantenerse a como dé lugar.
De donde se
deduce que todo ciudadano no asilvestrado a la izquierda dominante, una
condición que se suele adquirir por suma ignorancia o extremado interés
personal, debería hacer números, dar prioridad a la decencia y el bien común y
decantarse el 10 de noviembre por votar al PP, a Vox o a Ciudadanos. Así de
sencillo.
La idea debe
correr como la pólvora, puesto que solo quedan 15 días para desalojar al okupa
de la Moncloa.
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