En desacuerdo con Luis del Pino

He oído a Luis del Pino en directo, como casi todos los fines de semana, y normalmente estoy de acuerdo con él. Hoy no, habla de las ventajas de un gobierno social-comunista a fin de que el votante, como consecuencia de la acostumbrada mala gestión izquierdista, se arrepienta de lo que ha votado y cambie de bando. La idea de Del Pino me parece que es de una frivolidad que induce a pensar en que este hombre no ha valorado “nimijita” los daños colaterales: adentrarnos en la sistemática pobreza y arbitrariedad durante la etapa (incluso si solo es de 1-2 años) en que esta gente tiene el poder.

Pobreza que redundará en un desempleo desbocado que suele acompañar a los gobiernos del PSOE y que siempre apunta a los cinco millones de parados. Más todo lo que supone en sí la pobreza: inseguridad y asaltos callejeros, delincuencia generalizada (a cargo de emigrantes y "nacionales", que necesitan seguir comiendo) y, como sucede ya en Barcelona, huida del turismo a zonas menos inestables de Europa o norte de África. Porque España, que no se olvide, recibe un tercio o más de sus recursos del turismo, el cual tiende a disminuir bastante a causa del Brexit. De la exaltación y profundización de la Ley de Memoria Histórica o de la destrucción de ciertos valores morales, ¡ya ni hablemos!

Por si todo lo anterior fuese poco, nada garantiza que en las siguientes elecciones desaparezca la mayoría (relativa) social-comunista y separatista. Y es así, porque o se cambia el rumbo 180º como hizo Mitterrand en 1982 (que en el caso de Pedro y Pablo lo dudo un montón) o tenemos comunismo p'a siempre. No, no soy nada optimista ni creo que los españoles escarmentemos en cabeza ajena al ver la miseria al acecho. No hay más que ver la etapa de Zapatero, que llegó al poder en los trenes del 11-M, gobernó tan mal como supo durante cuatro años y luego (¡me quedé pasmado!) fue reelegido para otros cuatro años con el apoyo de ERC y los comunistas catalanes, cuyo nombre no recuerdo y además me importa un pijo.