Habrá quien no comulgue con el carácter cáustico y en ocasiones zafio de
Salvador Sostres, por lo que cuanto escriba este columnista debe ser convenientemente
tamizado en función de nuestra sensibilidad frente a la gracejada, pero lo usual
es advertir en él un estilo que se sale de bueno, no pocas veces roza la
genialidad y usa siempre esa sinceridad propia de los beodos o los locos,
circunstancia que a muchos de sus textos los convierte en imprescindibles
respecto a vivir o no al cabo de la calle. Sobre el tema del nacionalismo catalán
y el delirio en el que esa ideología cabalga en busca de la independencia,
Sostres ha escrito recientemente un artículo que no me resisto a insertar en
Batiburrillo:
"Los enemigos de Cataluña"
"El problema de Cataluña es que queriendo proclamarse nación no ha
pasado nunca de ser una tribu, la secta de los que están de acuerdo conmigo. Me
llamo Salvador Sostres, tengo 37 años, soy padre y marido, mi país es Cataluña
y estoy vetado en todos los medios de comunicación catalanes, públicos y
privados, que no es lo mismo pero es igual si tomamos en consideración que de
un modo u otro a todos los mantiene la Generalitat.
El primer
interés de un país serio es, o tendría que ser, el patrimonial, porque son los
genios los que hacen que avance la Humanidad y no los felpudos que siempre
hallan el modo de coincidir con los que mandan, piensan y dicen. La base de un
país solvente es la calidad de sus genios y lo que es capaz de aportar al mundo
a través de sus élites. Sólo en las tribus más oscuras la opinión concreta
importa más que el talento y la inteligencia.
Muchos
catalanes creen, en efecto, que los periódicos catalanistas, subvencionados y
que, por lo tanto, no son libres, son mejores que EL MUNDO porque «va en contra
de Cataluña y tú, ahora, Salvador, estás trabajando para los enemigos de
Cataluña». Si como nación no hemos conseguido nunca nada y nos hemos quedado en
este descorazonador estado de provincia/tribu es porque hemos creído siempre
que es mejor un pésimo periódico que nos complazca a uno bueno que no nos da la
razón en todo.
Si no nos
queda más remedio que celebrar derrotas es porque hemos preferido un mamarracho
amanerado como Sergi Belbel, tal vez el director de teatro más cursi de todos
los tiempos, al talento incisivo y letal de Albert Boadella, al que se
considera un traidor y se usa su nombre como un insulto.
Cuando escribo
que los catalanes tenemos exactamente lo que nos merecemos me refiero a que
Arcadi Espada es considerado uno de los principales enemigos del país, cuando
es quien ha escrito la crónica más exacta, hermosa y apasionada sobre Cataluña
(Contra Cataluña); y en cambio un tal Manel Cuyàs -perdón por hablar de
desconocidos- goza de un prestigio en perfecto estado de revista por haber
escrito unas infames memorias del presidente Pujol, tan infames como todo lo
que Pujol no ha explicado y es fundamental para entender lo que ha pasado en
Cataluña desde la democracia.
El nosotros y
los nuestros han sido el paradigma con que Cataluña ha sido saqueada económica
y moralmente por los que decían amarla y ser sus soldados, frente a unos
supuestos enemigos que, en cualquier caso, no aspiraban a tanto. Mientras los
catalanistas han vivido de escandalizarse con Federico o con Intereconomía, los
medios de comunicación catalanistas, subvencionados y por lo tanto comprados,
han podido culminar su ataque, brutal y terrible, reduciendo a buena parte de
la sociedad catalana a sus límites mentales. Mientras los catalanistas se
indignan con lo que «nos roba España», los políticos y medios de comunicación
que supuestamente nos defendían nos han limpiado la casa de bienes y de
esperanza.
La mediocridad
sólo trae frustración y la corrupción sólo la calamidad. Cuando todo haya
fracasado, La Vanguardia publicará la dimisión de Mas en exclusiva. En el
editorial tendrán el morro de llamarle irresponsable por haber iniciado este
proceso, que ellos apoyaron mientras estaban a sueldo, y evidentemente ya
habrán empezado a cobrar de los siguientes que van a mantenerles".
SALVADOR
SOSTRES
Fuente: Diario
El Mundo
No hay mucho más que agregar. Y todo esto viene porque los señoritos consideran que la pela es la pela, pero debe estar en su bolsillo. Y eso es el resumen de todo lo que ocurre y seguirá ocurriendo.
ResponderEliminarPacococo
Gran resumen, sí señor.
EliminarExacto. Y además el complejo de ser cabeza de ratón, es decir, mandar con poder absoluto aunque sea en un palmo de terreno y sin tener que pasar cuentas ante nadie.
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