En la novela “Viento de furioso empuje” (Amazon) se destaca a un personaje histórico, del que se habla a menudo, como gran artífice de la llegada al poder del rey Rodrigo y, tras la desaparición del citado monarca, como líder de la resistencia contra los musulmanes en el levante de Hispania. Me refiero al visigodo Teodomiro, un grandísimo estratega como dejó demostrado en varias ocasiones.
Teodomiro (en árabe Tudmir): Fue uno de los condes de la Cartaginense. Poseía numerosas tierras y villas en esa provincia y residía indistintamente en Orihuela (Aurariola) o Caravaca de La Cruz (Asso). Gozaba fama de general invicto. Se dice que en el 695 contribuyó a rechazar un desembarco bizantino en las costas andaluzas y que en el 709 derrotó una escuadra, igualmente bizantina, que procedía de las Islas Baleares y asolaba la región de Cartagena.
También se afirma que, al lado del rey Rodrigo, participó decisivamente en la batalla librada hacia el 710 (algún historiador la emplaza en las proximidades de Zaragoza) que enfrentó a las tropas reales con los partidarios del joven heredero Aquila, al mando de cuyas huestes figuraba el duque Requesindo. A partir del 711, Teodomiro mantuvo una lucha constante contra los invasores musulmanes. Si bien perdió una importante batalla contra Abdelaziz ben Musa en la llanura de Lorca o Sangonera la Seca, según fuentes.
Mediante el engaño de disfrazar a las mujeres con indumentaria guerrera, colocarlas en las murallas de Orihuela y aparentar un elevado número de defensores, logró arrancar un pacto al hijo de Musa (ver imagen) que le convirtió en señor independiente de una amplia región del sureste de España (Cora de Tudmir). Algunos historiadores consideran a Teodomiro un personaje de primerísima fila, incluso comparable a Pelayo, si bien se reveló unos cuantos años antes.
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