En la novela histórica “Viento de furioso empuje” (Amazon) se menciona una población de Hispania cuyos habitantes practicaban la religión judía. Terromontero de Valeria, aldea localizada en la provincia gaditana, es el escenario por donde transitan y combaten tres personajes principales de la obra y en el que se citan a un arconte y a un arquisinagogo. Veamos a qué cargos corresponden esos nombres.
Arconte (del latín. archon, -ontis, y este del griego άρχαν: especie de magistrado): En buena parte de la Hispania visigoda, el jefe de una comunidad judía recibía el título de arconte. A veces, de acuerdo con el magnate visigodo de la comarca, ese arconte ejercía las funciones de alcalde de la localidad cuando los habitantes judíos eran mayoría.
Arquisinagogo (el principal de la sinagoga): En la época que nos ocupa (siglo VIII), es el nombre por el que era conocido el jefe de una sinagoga. El cargo era rotatorio cuando no había voluntarios y se alternaban los ancianos que formaban parte del Consejo.
Hombres de armas: La Lex Visigothorum obligaba a los nobles, tanto godos como romanos, a llevar la décima parte de sus siervos a la guerra. De ahí que a las huestes musulmanas de Tariq, preparadas a conciencia durante meses, se enfrentaran unas tropas comandadas por Bencio, sobrino del rey Rodrigo, donde gran parte de sus componentes no poseía experiencia ni preparación para el combate.
Huevos estrellados al hierro: A diferencia de nuestros días, en que los huevos suelen freírse en una sartén y a veces con abundante aceite, en la época del relato se acostumbraba a “estrellar” los huevos en una pequeña plancha de hierro, con poco aceite, y dejarlos cuajar. A veces se cocinaban en el mismo plato en el que luego se servían, siempre que el utensilio fuese de hierro. En alguna lengua romance, como el catalán, aún quedan reminiscencias idiomáticas de esa época, puesto que a los huevos fritos también se les denomina: ous ferrats, de ferro, hierro.
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