Varios capítulos de la
novela histórica “Viento de furioso empuje” (a la venta en Amazon) se desarrollan
en la ciudad libanesa de Tiro, donde dos de sus protagonistas conviven y
dialogan a fondo con otros dos personajes, Juan Damasceno y Gregorio de Roma, sobre
las diferencias entre el cristianismo y el islam. También debaten acerca de una
herejía en ciernes a cargo de quien llegó a ser el emperador de Bizancio, León III,
el fundador de la dinastía Isauria.
Urbe: Entre los siglos XI y VIII
antes de Cristo, la ciudad de Tiro llegó a ser el poder principal de Fenicia y
ejerció cierta hegemonía sobre toda ella. Posteriormente, con largos períodos
de autonomía y esplendor, pasó por diversas etapas bajo la tutela de egipcios,
asirios, babilonios, persas, macedonios y armenios, en el último caso bajo
Tigranes el Grande. Finalmente, Pompeyo la conquistó en nombre de Roma y a la
caída de ésta se sucedieron en su dominación el Imperio romano de Oriente y el
Imperio islámico, que la usó como segundo puerto de Damasco junto a Sidón.
Puertos: En la época del relato la
ciudad de Tiro disponía de dos puertos naturales denominados Sidón y Egipcio,
situados respectivamente al norte y al sur de la ciudad y bastante próximos
entre sí. La isla de Tiro, que es donde se ubicaba la parte más antigua de la
ciudad, desde los tiempos de Alejandro Magno se hallaba unida a la parte
continental mediante un muelle de unos 500 metros de longitud al que los
sedimentos marinos adosaron gran cantidad de arena hasta formar sendas playas.
Hoy en día, el muelle de Alejandro no se distingue y el puerto sur ha
desaparecido. La ciudad, como es lógico, se extiende ampliamente por toda la
costa continental.
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