Para escribir una novela histórica
como “Viento de furioso empuje” (a la venta en Amazon, ebook 3,55€) quise
documentarme a fondo aun cuando mi profesión limitara notablemente el acceso a
ciertos conocimientos históricos. No obstante, invertí más de una década a “mi
favor”, eso sí, a ratos muertos. El resultado final, sin llegar a
entusiasmarme, me satisface lo suficiente. He aquí un par de ejemplos relacionados
con la obra y con lo mucho que escudriñé en las estanterías de ciertas bibliotecas,
cuestión que se comprenderá mejor si se tiene en cuenta que por entonces, años 90,
Internet no era lo que es ahora:
Palestina: Región conocida por los árabes
de la época como Filastín. En dicho territorio se encuentra Jerusalén, ciudad
desde la que Mahoma, según se dice, ascendió al cielo en un viaje nocturno que
la tradición musulmana denomina miʽraj. En el supuesto lugar de la
ascensión se sitúa hoy el oratorio conocido como La Cúpula de La Roca, erigido inicialmente por el califa Umar y
mejorado por el califa omeya Abd al-Malik, con reconstrucciones posteriores.
Jerusalén es la tercera ciudad santa del islam tras La Meca y Medina. En el
período omeya, Palestina pasó una larga etapa de prosperidad al beneficiarse mucho
del comercio entre las provincias del Imperio. A Palestina le correspondía,
además, una de las circunscripciones militares de Siria, localizada en
Jerusalén. La ciudad de Jerusalén se cita hasta en 33 ocasiones en la novela.
Santo Padre: Se trata del papa
Constantino I, quien a petición del emperador Justiniano II efectuó un viaje en
el año 710 a Constantinopla. Justiniano II había llamado al papa para
convencerle de que aceptase los 102 cánones del Concilio Trullano II (IV de
Constantinopla), sínodo de obispos orientales que aprobó prácticas y ritos
ajenos a las costumbres romanas. Pero el Papa no solo no se dejó convencer sino
que destacó ante el emperador los graves inconvenientes de tales cánones. Uno
de los acompañantes del papa Constantino I fue el diácono Gregorio (personaje
de la novela), que además de asesor del Santo Padre estaba a cargo de la biblioteca
papal. El papa Constantino I escogió a Gregorio para discutir los cánones ante
el emperador y el diácono ofreció al monarca respuestas admirables que
resolvían las dificultades planteadas por éste. Cuando falleció el papa
Constantino I, en el año 715, Gregorio fue elegido papa y reinó hasta el 731.
En la Iglesia se le conoce por San Gregorio II para distinguirlo de San
Gregorio Magno.
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