Arameo: El arameo es un idioma que procede de la región de Aram, que es el nombre
que se le dio en la antigüedad (Aram-Damasco) a lo que hoy conocemos como
Siria, así como otros territorios limítrofes. Llegó hasta el sur de Persia y
posteriormente se expandió en todos sus dominios, donde fue llamado arameo imperio.
De hecho, fue una lengua unitaria difundida entre los siglos –VI y I en todo
el Fértil Creciente. A partir del siglo I de nuestra era comenzó a
disolverse en multitud de dialectos, entre ellos el nabateo, de cuya escritura
derivan los caracteres árabes. El arameo sustituyó al acadio
(asirio-babilónico) como lenguaje del comercio, y fue reemplazado gradualmente,
a su vez, por el idioma griego y posteriormente por el latín. Algunos de los
manuscritos del Mar Muerto están redactados en arameo e incluso se afirma que
fue el idioma de Jesús de Nazaret.
Salomón (Shlomo en hebreo): Para los musulmanes de la
época, especialmente para los que poseían cierta cultura, la figura del rey
Salomón era bastante conocida. En el Corán se le cita 28 veces, e incluso hay
personajes del mundo islámico que llevan ese nombre, que en la traducción del
árabe se escribiría Sulaymán.
Jerusalén (en el árabe de la época se conocía como Bayt al-Makdis,
“residencia de la santidad”, modernamente al-Quds): La
explanada del Templo se convirtió en lugar de culto para los musulmanes y la
ciudad fue declarada santa.
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