En relación con la novela histórica
“Viento de furioso empuje” (a la venta en Amazon, ebook 3,55€), expongo hoy lo que algunos
historiadores opinan sobre las razones que impulsaron a los árabes a conquistar
el mundo conocido. Y dentro de ese mundo, no falta quien asegura que un
objetivo prioritario fue la conquista de Roma, el imperio más recordado y admirado
en los siglos precedentes que el islam Omeya quiso emular desde Damasco.
Prácticas expansivas: Entre los historiadores no hay
acuerdo en absoluto para fijar cuál era el propósito de los gobernantes
musulmanes respecto a sus conquistas. Mientras que unos autores creen que el
poder del islam jamás se planteó la anexión del antiguo Imperio romano, sobre
todo porque desconocía buena parte de su realidad geográfica, otros sostienen
la idea de que los califas pretendían, en una primera etapa, llegar hasta Roma
bordeando el Mediterráneo por ambos extremos; es decir, por dos vías opuestas
de penetración que se iniciaban en Constantinopla, a la que asediaron en varias
ocasiones, y en la península Ibérica.
Si consideramos que el islam no es solo
una religión, sino una forma de vida que proclama el ideal de “reformar la
Tierra”, la expansión indefinida del Imperio islámico parece que fuese casi
obligada, y no solo hacia occidente. De todos modos, en la época del relato (principios
del siglo VIII) los gobernantes omeyas aplicaban con cierta liberalidad los
preceptos islámicos, dándole a su gobierno un carácter tan religioso como
mundano y político.
Fue a partir del siglo IX, ya en
época abasí, cuando el islam se reglamentó mediante la Sharia (ley islámica) y
se convirtió en una religión mucho más rígida e intolerante que llegó a
considerar a los gobernantes omeyas como simple tiranos que apenas se
preocuparon de expandir la Umma a
todos los que deseaban convertirse. Así, visto desde los ojos de un occidental
de hoy, el Califato Omeya representaría un islam más condescendiente y
moderadamente coránico, puesto que el Hadit, al que se le concede casi
tanta importancia canónica como al Corán, es una compilación posterior al siglo
IX que forma parte de la Sharia y que pretende mostrarnos las
acciones y vida de Mahoma como ejemplo a seguir, pese a estar plagado de añadidos
que a veces nada tienen que ver con el profeta.
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