miércoles, 22 de abril de 2020

Otras curiosidades del siglo VIII (17)


En la novela “Viento de furioso empuje” (Amazon) surge un personaje visigodo llamado Witerico, de firme carácter y gran intuición, que cuenta con un escuadrón de bucelarios cuyos componentes representan lo mejor de la milicia de su época, hasta el punto de ser calificados por la población como idóneos para el recuerdo y a los que jamás podría relacionárseles con el saqueo o la brutalidad antojadiza. Para mí, sin contar al protagonista Yunán, el toledano Witerico es el personaje más destacado de una obra que cuenta con más de treinta intervinientes principales y otros tantos secundarios.

Bucelario (del latín buccellarius, de bucella, panecillo de harina de trigo). Entre los visigodos, hombre libre que se sometía voluntariamente a la dependencia de un magnate al que prestaba servicios de armas y del que recibía una soldada y algunas tierras para cultivarlas al final de sus funciones y a modo de pensión. Dicho en un lenguaje llano, vendría a ser algo así como un militar “chusquero”. 

No tendría nada de extraño que la calificación de “chusquero” hubiese llegado hasta nuestros días para designar a ciertos soldados reenganchados en la milicia. El Bucelario o “chusquero” (siempre desprovisto de su sentido despectivo) era una especie de guerrero profesional que usaron algunos emperadores romanos y bizantinos, así como otros nobles, militares y potentados. Solían estar alojados y mantenidos en la casa del señor al que servían.

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