miércoles, 1 de abril de 2020

Un noble omeya es el protagonista


Yunán, el personaje principal de la novela es un jerife, es decir, un noble. Consideré necesario ubicarlo en ese grupo social, depositario de la cultura de la época, debido a que la clase media apenas existía en el siglo VIII, y mucho menos en un Imperio islámico que se expandía a la velocidad de los corceles y absorbía numerosa población de diversas etnias. Otra razón para la alta alcurnia de Yunán, fue adjudicarle una educación esmerada acorde con su rango, eso sí, a partir de su condición de hombre estudioso y reflexivo e influenciado por el visir Sufián, su padre.

Aclararé un poco más: Jerife procede del árabe šarīf: noble.
A los descendientes de la familia del profeta Mahoma se les denominaba jerifes (nobles por excelencia) y solían ser tratados con gran respeto, sobre todo dentro de la rama chiita. Aún está bastante extendida la costumbre. Incluso hay reyes, como el de Marruecos, que se adjudican a sí mismos la condición de jerife, es decir, descendiente de Mahoma. Según la tradición, el jerife lleva aparejada la gracia carismática de la baraca: don divino o bendición de Dios.

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