Casi es posible echar de menos a Pascual Maragall, sobre todo de su etapa como alcalde, si se piensa en la paleta anormal que ahora preside el ayuntamiento de Barcelona. |
Ignoro
lo que representará el Forum de las Culturas para la población barcelonesa y
para sus millones de visitantes. Sospecho, eso sí, que los organizadores nos
ofrecerán un espectáculo en el que se exhiba cualquier actividad frívola o
insustancial con tal de que nos llegue desde unos cuantos miles de kilómetros o
desde la Cataluña profunda. Es el estilo de estos políticos que ahora gobiernan
la Generalidad catalana, sólo les vale lo muy lejano o lo muy próximo, sólo existe
para ellos el bambú o la barretina. Se muestran dispuestos a comprar baratijas
importadas de la India o de Madagascar, como un centro comercial al uso, y
decididos también a resistirse, expresamente, a los valores artísticos con
mayúsculas, esos valores que establecen el método por el cual el hombre expresa
su fantasía, su arte y su cultura.
El
oropel es, sin duda alguna, el modus vivendi de Maragall y de quienes le
secundan. Con tal de mantener su imagen en las páginas de la prensa
internacional, y aliviar así el mono de una Olimpiada alejada en el tiempo y en
las formas (ahora mucho más radicales y localistas), Pascual está dispuesto a
pagarle el viaje a cuanto saltimbanqui asegure que lo suyo es cultura. Pues no
olvidemos que la expresión saltimbanqui tiene su origen en el italiano, ese
país donde Maragall se tomó un par de años sabáticos, y allí definen de tal
modo al que se sube al banco para vender quintaesencias o remedios singulares
que se supone alivian achaques y ojerizas.
El método charlatán y trilero de Maragall, donde con el dinero y la subvención
de todos (el Estado aporta del orden de 400 millones de euros al Forum)
pretende seguir subido al estrado de la notoriedad, no dejará de sonrojar a
quien recuerde que este hombre lo que en realidad quería era una exposición
universal que le fue denegada por el organismo internacional que entiende en
estos asuntos, precisamente porque entendió que en el 2004 una Expo en
Barcelona era incompatible con la de 2002 en Hannover y la de 2005 en Aichi
(Japón). Pero Pascual no es de los que se conforman con una negativa cuando
piensa que han cantado su número en el puesto del pescado o en la charcutería,
y él llevaba el 2004 y le daba lo mismo pescado que chorizo con tal de que le
atendiesen y la gente se fijase en él. Y si hubiese alguna duda de que nuestro
hombre baraja las fechas como nadie, que le pregunten a Jordi Sevilla, ese
ministro que ha declarado no ser consciente de que Maragall le obligó a aceptar
la presente legislatura para cambiar la ley de financiación autonómica.
Cambio en la financiación que deberá suministrarle al Gobierno catalán, con el
probable entusiasmo de andaluces y extremeños (que percibirán bastante menos),
una buena inyección económica que enjugue, a pesar de la aportación del Estado,
sólo una parte del tremendo déficit que el Forum origine. Porque si de lo que
se trata es de crear pérgolas móviles, dunas artificiales, islas pangeas,
rompeolas, plazas, edificios y teatros, cualquier cantidad invertida estará
bien y valdrá la pena; pero si una parte de esos cientos de millones se tiene
que utilizar en crear un dique de contención para que el delta del Ebro no
retroceda y así podamos enviarle agua al levante español, entonces no interesa.
Al fin y al cabo, el Forum representa para Maragall su continuidad sobre el
banco de la fama (saltimbanqui), mientras que la sed son otros los que la
padecen. Y a esos, ni agua, que el trasvase no es cultura y podrían
acostumbrarse a beber.
Ni agua, entiéndase himnos y banderas, es lo que se destinará a las máximas
autoridades de la nación española que hoy deben inaugurar el Forum 2004. Con
tal de oír su propio himno —ese Els Segadors que nos amenaza a todos con
un golpe de guadaña—, la gente de CiU estaba dispuesta a que el himno español
sonara seis veces si fuese menester. Pero los de CiU eran gente práctica e iban
a lo suyo y a sembrar. Sin embargo, el tripartito de ahora, con tal de no
escuchar el himno español ni ver una bandera de España, es capaz de renunciar a
lo propio en el acto de inauguración y, por añadidura, a dejarle claro al Rey
que allí son republicanos. No importa que el Forum 2004 esté patrocinado por
España, nombre que ellos han convertido en “Administración General del Estado”.
No importa que todos pongamos una parte del presupuesto y se nos invite a
asistir, a pagar las entradas y a llenar los hoteles, que lo que interesa es
poder decir en la clausura que el acontecimiento ha resultado un éxito total de
público. Pero lo que ya no queda tan claro, al menos para mí, es la
programación que esta gente ha escogido y que detallo en el siguiente párrafo.
En el muestreo de los primeros 100 conciertos (admito que no he tenido
paciencia para mirar toda la programación), excepto los cantantes Sting, Phil
Collins, el dúo catalán Stopa o media docena de representaciones de música
clásica, los artistas serán de tercera fila o desconocidos, lo que no quiere
decir baratos, con mucha barretina (la Cataluña profunda que se cita), mucho
magrebí y mucho negro zumbón. Del resto de España no aparece nada, salvo un par
de folclóricas casi anónimas y el grupo Nuevo Mester de Juglaría, del que ni se
molestan en citar su origen ni trayectoria.
Ya veremos cómo acaba el asunto del Forum, aunque supongo que muy bien para sus
promotores. Y más ahora que los del tripartito han filtrado un informe sobre
medios de comunicación en el que viene a decirles que se porten bien, como
nenes buenos, o no habrá chocolate en el recreo. Y esta prensa catalana,
acostumbrada desde hace muchos años al sabor dulzón de las chocolatinas que Pujol
repartía, con tal de no perderlas son capaces de insistir una y otra vez en que
la Olimpiada debería ser fija para Atenas (ahora que Madrid la quiere), pero
que el Forum, cada cuatro años, es cosa de Barcelona. Y el tripartido,
resignado a la gloria que les aguarda, se dejará querer por su prensa y usará
la contraprogramación del Forum cada vez que se avecine una crisis política,
una escasez de notoriedad o se esté en vísperas de elecciones.
Nota
adicional: Finalizado el artículo, me entero que han colocado alguna bandera
pero nada de himno, no vaya a ser que les emocione y durante dos minutos se
sientan españoles. Creo que lo mejor es no cambiar ninguna de las frases que
anteceden, porque la enseña nacional puesta a desgana y a palo seco es algo
afrentoso para quien preside la ceremonia y para los que amamos a España.
Artículo
revisado, insertado inicialmente el 8 de mayo de 2004 en Batiburrillo de RedLiberal
PD: En los párrafos
que anteceden puede leerse un retrato bastante completo de la etapa del
tripartito, así llamado, con un Pascual Maragall que solía dar la nota casi a
diario, como hace ahora Pedro Sánchez.
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