Toma nota, ministra: Son tan bonitos como sabrosos y de ellos se aprovecha todo, excepto los purines, que conviene tratar adecuadamente. |
La ministra Narbona afirmó en el mes de julio que en la huerta
murciana se regaba con aguas fecales.
Los agricultores de la región, como es lógico, protestaron de lo lindo y exigieron una
rectificación. La ministra no rectificó nada, simplemente matizó, y
dijo que cuando “los regadíos no consiguen agua potable, utilizan otro tipo de
agua”. El daño ya estaba hecho y además no parecía que de su matización se dedujese
precisamente que aludía al agua de colonia.
De aquello nunca más se supo, la Narbona, a la
que por aquí se le ha sacado de inmediato un alias que concluye merecidamente
en el sufijo “ona”, no sólo ha quedado en la más absoluta impunidad como
corresponde a cualquier miembro de este gobierno sectario, sino que se permite
el lujo de venir cada dos por tres a chulearse por Murcia.
No hará ni una semana que
apareció de nuevo por estos pagos, fue para recibir un homenaje doble, de un
lado cenó con los
militantes de su partido en Lorca, donde probablemente nadie le
recordó que el río Guadalentín, segundo o tercero en importancia de la Región
de Murcia y que debe abastecer la huerta lorquina (un término municipal tan
grande como medio País Vasco), hace siglos que no lleva una gota de agua, salvo
cuando el cielo se desploma en alguna tormenta de otoño.
Un día antes o un día después del homenaje en Lorca, ni lo recuerdo ni
importa demasiado, se le tributó otro “merecidísimo” homenaje en una localidad
del campo de Cartagena, homenaje al que no acudieron ni la alcaldesa de la
ciudad ni ningún otro cargo político de relevancia en esta región.
Cierto es que el cauce seco del citado río, llamado Sangonera en
alguno de sus tramos, no es imputable retroactivamente a la nefasta ministra, faltaría
más, pero sí el hecho de que no tuviese la dignidad de dimitir justo en el
momento en el que su jefe, el mandilón ZP, le encargó que liquidara el
“asuntillo” del Ebro para contentar al santo Carod. Cierto es, también, que la
sequía endémica de las tierras cartageneras, la Cartago Spartaria de los
romanos, viene de lejos y ni siquiera recordándose de los ancestros de esta
señora podemos involucrar a nadie, pero no es menos cierto que la única
desalinizadora de la zona, la de San Pedro del Pinatar, además de ser un
encargo del gobierno del señor Aznar, como complemento al PHN, fue inaugurada
antes de tiempo por doña Cristina al objeto de acallar algunas críticas. Y
encima abastece, sobre todo, el sur de Alicante. Eso sí, la contaminación y las
salmueras se quedan en la costa murciana, donde ella recibió el homenaje.
De todo lo cual se deduce que el socialista murciano es, ante todo, un
socialista zopenco y sectario, porque una cosa es callarse la boca y no
protestar para no sacarle los colores a los altos cargos de la Secta de sus
amores y otra, radicalmente estúpida, consiste en tributarle homenajes a esta
tipa Narbona. Vamos, puro recochineo.
La Vanguardia de Barcelona nos ofrece hoy una noticia que guarda
estrecha relación con todo lo anterior: El “Tribunal de
Justicia Europeo condena al gobierno catalán por la contaminación de los
acuíferos del Baix Ter por un exceso de purines”. La demanda
corresponde al año 2000, cuando gobernaba CiU, pero ello no obsta para que en
un caso tan serio, como el que ahora se ha probado y condenado, la ministra de
Medio Ambiente deba dar la cara e interesarse en el asunto. ¿Ha dicho algo esta
tipa? No, que se sepa. Y debería decirlo porque las cuencas hidrográficas son
competencia del Estado (incluso las que están transferidas al no abarcar más de una comunidad autónoma), que es donde la dejadez del gobierno nacionalista
anterior permitió que se contaminase.
Es incuestionable que lo suyo, lo de la tipa Narbona, son “meaos”
murcianos volando en lugar de purines catalanes en mano. El color político del
gobierno regional determina sin duda las manifestaciones o los silencios de
esta señora. ¿Cómo se llama eso? Sectarismo, evidentemente se llama sectarismo,
que es la condición más sobresaliente, junto a la torpeza y la desidia, de este
gobierno socialista que padecemos.
Artículo revisado,
insertado inicialmente el 10 de septiembre de 2005 en Batiburrillo de RedLiberal
PD: Este artículo viene a cuento refrescarlo ahora,
transcurridos 10 años, porque supone un ejemplo claro, y doble, del habitual
sectarismo de la izquierda, donde una ministra de infausto recuerdo en la Región
de Murcia trató de sacarle los colores a los agricultores murcianos mientras
que, con una razón de peso real para interesarse, miró para otro lado y prefirió
ignorar lo que sucedía en Cataluña. Y este tipo de ejemplos de sectarismo y
arbitrariedad, sobre los que sería posible citar unos cuantos centenares, hacen
que sienta una lógica inquietud ante la posibilidad de un Gobierno formado por
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, que por más que ahora declaren lo contrario no
dudarán en aliarse para asaltar a cualquier precio el poder. La única duda es
saber cuál de los dos mandará de verdad en el Gobierno o si se repartirán los
ministerios al 50% y los convertirán en departamentos estancos, es decir, sin
que una mitad del Consejo de Ministros pueda decidir, y ni siquiera opinar,
sobre lo que hace la otra mitad. ¡Que Dios nos pille confesados si al final se
arrejuntan los déspotas!
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