Lamentablemente, Cataluña se ha convertido en una región de
España donde los estamentos públicos 'pasan' de cumplir las leyes o las
sentencias que no les gustan. Aparte de unas cuantas normas que afectan al
modelo educativo, quebrantadas todas ellas si suponen el acceso a la igualdad
para la lengua oficial del Estado, el español, a diario se reflejan otras
muchas circunstancia que llevan a pensar en la marginación más descarada de la
ley. Veamos un par de ejemplos:
El ayuntamiento de Vilasar de Dalt lleva años incumpliendo la Ley de banderas |
Como es posible apreciar en la imagen anterior, la bandera
española nada tiene que ver con un ayuntamiento español ubicado en Cataluña y
por lo tanto la enseña nacional brilla por su ausencia. Así lo han decidido
unos politicastros locales que se pasan la legislación por la entrepierna.
Simplemente, la ley no va con ellos. Y lo que es mucho más preocupante, el
delegado del Ejecutivo autonómico en Barcelona, Salvador Jorba, justifica su
respaldo al incumplimiento de la ley por parte del Ayuntamiento para
"evitar la crispación y evitar (sic) poner en riesgo la tan preciada buena
convivencia". Es decir, el gobierno nacionalista de Cataluña secunda el
incumplimiento de la ley y además alega, farsantemente, que esa ley crispa (es
de suponer que al nacionalismo) e impide la convivencia. Como si convivir no
fuese, ante todo, respetar las leyes.
La Generalidad no devolverá el arte sacro a Aragón, con independencia de lo que digan los jueces |
Carme Vidal, responsable de los Servicios Territoriales de
Cultura de la Generalidad en Lérida, ha negado cualquier posibilidad de
traslado de las piezas artísticas sacras, en contra de lo que han dictado los
tribunales, aduciendo que los bienes del Museo Diocesano están protegidos por
una ley autonómica “independientemente de lo que digan los jueces”. Para entenderlo,
esta señora Vidal viene a decirles a los aragoneses que se pasa por el culo
todas y cada una de las sentencias, incluidas las del Tribunal Superior de
Justicia de Cataluña (el nacionalismo pretende que sea la última instancia
jurisdiccional en esa región, sin que pueda recurrirse al Supremo), que han fallado a
favor de la devolución de las obras a sus legítimos propietarios, el
episcopado de Monzón-Barbastro. Y además tiene el desahogo de argumentar una
ley de rango inferior, o sea, autonómica y para más inri elaborada 'al dente'
precisamente para legalizar el expolio.
No sé cómo acabará el desacato continuado de unos
gobernantes nacionalistas echados al monte, lo que sí parece obvio es que la
situación va extendiéndose en Cataluña y me temo que algo así no puede tener un
buen fin. O se suspende la autonomía cuando aún estamos a tiempo o,
sencillamente, se sigue mirando para otro lado a fin de que esa región se
separe de España, un deseo cada vez más extendido a este lado del Ebro.
Una tercera opción podría consistir en que el electorado
catalán acabase por reaccionar y los partidos no nacionalistas: PP, Ciutadans,
UPyD y otros que pudieran surgir lograran aumentar notablemente sus resultados
y equilibrar así una balanza que en la actualidad supone un régimen de partido
único. Pero no creo en ello, la razón es que al votante catalán, con
independencia de su procedencia, le gusta fingir que el tema autonómico es cosa
de otros. Esos otros que nunca fallan en las elecciones y que determinan el 90%
de un parlamento nacionalista. En resumen, diríase que todos tienen lo que se
merecen: Un territorio sin ley.
Artículo elaborado el 12-04-2007 e insertado en Batiburrillo de Red Liberal
PD: Transcurridos más de ocho años, cualquiera puede advertir que en Cataluña se siguen incumpliendo las leyes a capricho del nacionalismo.
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