Faltaría añadir que en Murcia el golf es un deporte cuya práctica es posible disfrutarla todo el año |
Hoy me ha dado por hacer un
repaso general de la prensa y anoto a continuación lo que me sugiere un
reportaje-noticia que La Vanguardia (antes Española) ofrece en primera página
(versión digital) y que titula “Urbanismo sediento en Murcia (Viaje a la
sequía-1)”. En dicho reportaje, a cargo de un tal Antonio Cerrillo —ecologista
de pro el muchacho a la par que pseudo-periodista—, se deslizan abundantes
comentarios-perla similares a estos: “Grandes vallas con anuncios de nuevas
promociones invitan a Vivir en green, un eslogan doblemente chocante en mitad
de este páramo abrasado”. “El espectáculo de este trasiego de grúas imponentes
en movimiento es un perfecto ejemplo del desaforado crecimiento urbanístico que
vive la comunidad de Murcia”.
Cerrillo, que ha debido de hacer
un viaje entre el aeropuerto de San Javier, ubicado junto al Mar Menor, y la
casa de algún pariente sociata en un secarral del interior murciano, se permite
el lujo de ofrecernos un cursillo acelerado, al menos en la lección 1 y ya
veremos si en las siguientes, sobre nuestra forma más deseable de desarrollo,
la cual no pasa, evidentemente a juicio de Cerrillo, por construir ni viviendas
cerca de la costa ni campos de golf. No quiero pensar que el plumífero-sandía,
con el alegato continuado de la falta de agua en la región murciana, en
realidad esté mostrando su reconcomio ante la posibilidad de que se desplace
hacía aquí buena parte (la más pudiente) de ese turismo masificado con el que
cuentan desde hace décadas en Cataluña, donde no existe ni un palmo de costa
sin sus correspondientes construcciones y donde los campos de golf, si
quisieran hacerlos en cantidad suficiente, deberían llevárselos a las llanuras
de Lérida, que son unas comarcas en las que cuando no llueve, hace un calor
sofocante o bien hiela varios meses al año o se les mete una niebla helada
(cencellada) que les impide ver el sol durante días y días.
Como ejemplo de intoxicación
informativa, con pinta de ir destinada a los adoradores de Pascual Maragall
(personaje al que todos conocemos como el muy honorable “dispensador” de agua),
Cerrillo cita el proyecto que Polaris World desea emprender durante los
próximos 10 años (repito, 10 años, que ya serán 20 o nunca) en el término
municipal de Alhama de Murcia, distante de la capital no los 15 kilómetros que
él cita (el complejo de Polaris), sino unos cuantos más, pongamos 35 y otros 20
hacia la costa más próxima, que es la de Mazarrón y sus numerosas playas
vírgenes. Unas playas cuya virginidad también puede encontrarse en otros dos
municipios vecinos: Lorca y Águilas. No, no es que yo sea más listo que
Cerrillo y sepa mejor que él donde se ubica el próximo “resort” de Polaris, es
que da la casualidad que habré pasado unas 200 veces, como poco, por esa
comarca donde sólo una parte accede al agua del Guadalentín y el resto es
secano lagartijero.
Luego añade Cerrillo que Polaris
anuncia su “Condado de Alhama” como el “resort” más grande de Europa y con una
futura población de 60.000 habitantes (mi “resort” lava más blanco y él se lo
ha creído), lo que a juicio de Cerrillo convertiría esa urbanización en la
tercera ciudad de Murcia. En primer lugar no es cierta su afirmación, de ahí mi
tendencia a creer que Cerrillo no conoce esta tierra, porque la tercera ciudad
de Murcia es Lorca, que cuenta ya con 85.000 habitantes (91.800 en 2014) y creciendo a buen
ritmo. Y en segundo lugar, suponiendo que fuese así y se confirmase que Polaris
construirá para 60.000 residentes, ¿qué pasa con ello, majete? ¿Qué pasa si en
unas tierras donde el agua ahora disponible no alcanza para hacerlas
productivas en la agricultura, cuyo consumo es siempre mucho mayor, pero sí
para albergar un complejo residencial como el que proyecta Polaris?
A diferencia de ese turismo de
alpargata que ha inundado buena parte de la costa española en busca de playas y
poco más, uno de cuyos ejemplos más notables se encuentra en el saturado
litoral catalán, la Región de Murcia, de la que como se ha dicho aún dispone de
playas vírgenes y accede al mercado turístico con tres décadas de retraso, está
incentivando la captación del residente estable de alto poder adquisitivo. Se
trata de que las clases medias europeas compren o alquilen sus villas, o sus
apartamentos de lujo, alrededor de unos campos de golf que serán regados con
aguas depuradas, según indica la ley, y a cuyos habitantes se les dará de
“beber” con el 10% del agua que ahora es insuficiente para el regadío. Eso se
llama, y no hacen falta muchas entendederas para comprenderlo, reorientar el
negocio. ¿Lo asimilas, Cerrillo?
En resumidas cuentas, los
murcianos pretenden, con ayuda de capital foráneo (en algún caso catalán como
indica el propio Cerrillo), no el turismo de verano tradicional y barato, cuya
duración en el mejor de los casos es de dos meses si no se adelantan las
tormentas de finales de agosto, como a veces sucede en la Costa Brava, en la
Costa Dorada o en Baleares, donde cientos de hoteles echan el cierre al primer
chaparrón porque los clientes se marchan en estampida, sino el residente o turista
más estable de clase media que se aloja en su villa durante 10 meses al año y
permanece aquí gastando buena parte de su pensión o patrimonio. Luego,
precisamente en los meses de julio y agosto, cuando en sus lugares de origen
hace calorcito, algunos de esos residentes pasan una temporada en sus países,
contando maravillas de los 10 meses transcurridos aquí, y acostumbran a volver
acompañados porque han practicado en Europa otro tipo de efecto llamada: “En
España (para ellos aún lo es) se vive de ‘very’ narices, se come de p. ‘mother’
y la vida es muy ‘affordable’ ‘and’ cachonda”.
Además de la agricultura
extra-temprana de invernadero, todavía la principal fuente de riqueza de esta
tierra y “bocatto di cardinale” para más de un guiri de 5 estrellas, existen ya
en Murcia una serie de “resorts” o complejos turísticos (sólo Polaris World
cuenta con otros cuatro o cinco más en Murcia) que mantienen en la región una
población flotante, relativamente acomodada, de más de 200.000 personas
procedentes del Reino Unido, Alemania, Francia, Holanda, Suecia, etc. En un
pueblo más bien pequeño como es donde yo vivo, junto al mar, he llegado a ver
en el mes de febrero (cuando media Europa se pelaba de frío), aparcados casi
juntos y cerca de unos restaurantes donde el “pescaito” frito lo sirven contra
la entrega de receta médica, hasta 7 coches de lujo con matrícula de
Luxemburgo. Como le dije a la persona que me acompañaba: “Fíjate qué pateras se
gastan los luxemburgueses, ¡eso es efecto llamada y lo demás son historias!”.
La situación descrita justifica
que Murcia sea la comunidad autónoma que haya prosperado más en los últimos
años (¡ya era hora!) y, lo que es más importante, la que probablemente mayor
riqueza alcance en los años siguientes, según informe de Hispalink, efectuado
por 19 universidades españolas y que hoy (en otro de los diarios que he
repasado) nos ofrece La Verdad de Murcia. La pregunta que quizá deberíamos
formularnos los murcianos es: ¿Tiene algún mérito toda esa riqueza que se está
consolidando en nuestra tierra? La respuesta es: Sí y no. Sí, por cuanto hemos
sabido convertir nuestro mayor problema, la escasez de agua, consecuencia de un
clima tan seco como luminoso y apetecible para los europeos que viven en la
bruma, en nuestro principal atractivo. Sí, por cuanto el empresario local al
fin ha comprendido que debe reconvertir sus actividades y en lugar de pasarse
media vida mirando al cielo en espera de ver alguna nube que riegue los
secanos, como en el caso de las hectáreas del “Condado de Alhama”, ha decidido
asociarse para impulsar otro tipo de negocio en el que tanto el Gobierno de la
Comunidad como la mayoría de los ayuntamientos (casualmente del PP) baten el
cobre a diario para dar facilidades. No, y digo no a sabiendas de que es un no
poco rotundo, porque es una verdadera lástima que los murcianos no hayamos
emprendido mucho antes este camino. Quizá hace años que habríamos salido de ese
furgón de cola de la España pobre que aún ocupamos. Pero nunca es tarde si la
dicha llega, con permiso de los Cerrillos o becerrillos, más de uno en el
Gobierno socialista cuya cobardía interesada se cargó el PHN a instancias de
otros que sin duda deseaban eliminar competencia, claro está.
Artículo revisado, insertado
inicialmente el 10 de julio de 2005 en Batiburrillo de Red Liberal
PD: Se cumplen ahora 10 años
desde que escribí el artículo que precede a esta posdata, desde entonces la
Región de Murcia ha padecido dos grandes catástrofes naturales: 1) Una sequía de
varios años a la que no se le ve el fin y que estos días de julio de 2015 nos
despelleja la piel como si fuésemos lagartos. 2) Casi ocho años de un régimen
zapaterino que nos dejó a pan pedir al haber anulado el Plan hidrológico a
cambio de construir varias desaladoras que o no funcionaron o lo hicieron tarde,
mal y a un precio de agua mineral embotellada, de la buena. A Rajoy también se
le llenó la boca de promesas hídricas y aquí estamos, a ver si cumple alguna. Como
dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, cada vez estoy más convencido de
que los murcianos algún día alcanzaremos la inmortalidad: Son ya más de 300
años de soportar malos gobiernos de España por estas tierras murcianas, donde
nos consideran los últimos para todo. A cambio de ello, nuestra lealtad a la
Nación española y nuestro patriotismo es proverbial y desmedido. ¡Qué injusta
es la vida!
Cuentan de un sabio que un día
ResponderEliminartan pobre y mísero estaba...
Supongo que la conoces. Al leer el artículo me he acordado de la fábula. Vuelve la vista hacia el sur, que allí están peor y encima pertenecen al susanato, al menos en Murcia la autonosuya es ppera.
Pacococo
Por PPera no nos va tan mal como en Andalucía (pero ahí le andamos al ser una tierra con pocos recursos), pero lo que sucede en la región más rica de España con diferencia (Andalucía) no tiene perdón de Dios. Y siempre han estado en manos socialistas y siguen votándoles y siguen y siguien.
EliminarComo el conejito de las pilas.
EliminarHasta la eternidad.
Pero en andalucía hay dos factores: uno la compra de votos y otro que el pp no quiere (seguramente por el pacto para repartir las autonosuyas) y ponen de candidato al más tonto.
Pacococo
O sea que hay un pacto para repartirse las autonosuyas y se supone que Andalucía es de disfrute vitalicio para el PSOE. ¡Madre del amor hermoso!
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